Talento Diverso

El blog sobre inclusión laboral para las direcciones de RRHH

Escucha activa en el trabajo

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Qué es la escucha activa

«Quien no escucha no se sabe expresar»

Si partimos de que «escuchar es oír más interpretar», nos daremos cuenta de cuan importante es que nos escuchen y que escuchemos. Pero cuando hablamos de escucha activa, ¿a qué nos estamos refiriendo?

La escucha activa es una competencia fundamental ya que su definición sería: escuchar y entender la comunicación desde el punto de vista del que habla.

¿Sencillo? Lo parece, sí, pero realmente no lo es. Debemos hacerle saber a nuestro interlocutor que estamos atendiendo y que comprendemos lo que nos dice. Podríamos decir que hay tres niveles de escucha:

  • escuchar a: cuando estamos utilizando lo que el otro nos cuenta para activar nuestros propios sentimientos.
  • escuchar para: cuando buscamos algo en lo que la otra persona nos dice y, claro, para ello desarrolla un diálogo interno (no con quien nos está hablando).
  • escucha consciente: cuando escuchamos activamente centrando toda nuestra atención en aquello que nos está comunicando la otra persona y no solo eso, sino que también le hacemos saber que lo que nos está diciendo es importante para nosotros.

Por tanto, cuando hacemos escucha activa no dialogamos con nosotros mismos (pensando en nuestros problemas ni opiniones), no interrumpimos, parafraseamos, y respondemos conscientemente sobre el tema hablado (no sobre la anécdota del día en que…).

Pero, ¡cuidado!, se trata de escuchar de verdad, no de fingir que atendemos a lo que nos dicen. Por ello, ahora nos detendremos en los diferentes tipos de escucha. ¿Sabes cuáles son?

Tipos de escucha activa

El no saber escuchar activamente representa problemas ya sea a la hora de negociar, gestionar conflictos, delegar o trabajar en equipo, por ello se podría considerar una macro habilidad esencial, como hablar, leer y escribir.

En los diálogos se pueden emplear diferentes modos de escuchar, dependiendo del nivel de entendimiento que se logra en cada conversación, así será el tipo de escucha.

  • Apreciativa: cuando escuchamos sin prestar atención, buscando solo placer
  • Selectiva: se escucha seleccionando solo la información que interesa (al oyente)
  • Discernitiva: cuando se extraen las ideas principales del mensaje
  • Analítica: cuando estudiamos las relaciones entre las ideas del mensaje
  • Sintetizada: se toma la iniciativa en la comunicación
  • Empática: interpretamos el mensaje poniéndonos en el lugar del emisor
  • Activa: escuchamos con atención entendiendo totalmente el mensaje

Aprender a escuchar, a interesarnos por lo que nos dicen y por quién nos lo dice, es posible. A continuación, vamos a ver diferentes técnicas de escucha que funcionan.

10 técnicas de escucha activa que funcionan

Si queremos que la escucha sea efectiva, deberemos utilizar la comunicación asertiva en la que se respeten los derechos de los interlocutores y así satisfacer las necesidades de todos. Eliminando para ello actitudes como los gritos, las ofensas, los insultos y la pasividad.

Como hemos dicho al inicio, vamos a ver 10 técnicas para una buena «escucha activa» en el trabajo:

  • Empatía, esencial para que el líder o manager de un equipo sea capaz de atender las demandas, preocupaciones, miedos o inquietudes de sus compañeros, y no solo por lo que dices, sino también por cómo lo dicen.
  • El lenguaje corporal, aprender a interpretar el lenguaje no verbal, por ambas partes.
  • Dejar habla al otro sin interrupciones (no contar anécdotas propias, utilizar el móvil…).
  • No utilizar respuestas «automatizadas», prestar atención al otro
  • No juzgar ni a la persona ni lo que nos dice, esta persona solo te cuenta lo que siente y piensa, que no tiene que necesariamente coincidir con la manera en que tú lo haces.
  • Evitarse psicólogos de andar por casa (dando soluciones y respuestas sin ni siquiera haber escuchado de verdad al otro/a).
  • No reprochar lo que nos cuenta si no nos gusta lo que nos dice ni dar sermones para corregir su forma de pensar.
  • Mirar siempre a los ojos cuando nos hablan, prestando atención a los detalles y haciéndoselo saber.
  • Parafrasear y asentir, así la otra persona verá que estamos escuchando.
  • Sonreír, los gestos y la postura indicarán que atendemos de verdad.

 

Hasta ahora hemos visto qué es, los tipos de escucha y las técnicas para «aprender» la escucha activa, pero ahora queremos centrarnos en algo muy importante: los beneficios que supone realizar esta escucha en el trabajo, tanto para la empresa como para los trabajadores.

Beneficios de la escucha activa en el entorno laboral

«Lo importante no es solo escuchar lo que se dice, sino averiguar lo que se piensa».

Donoso Cortés

Vamos a fijarnos en 10 beneficios importantes de la escucha activa en el trabajo:

  1. Genera un ambiente positivo en los equipos
  2. Aumenta la confianza y la sinceridad (aumentar la autoestima es importante)
  3. Reduce los malentendidos
  4. Ayuda a tomar mejores decisiones
  5. Sirve para aprender de la experiencia del otro
  6. Favorece la motivación del que habla porque se siente valorado
  7. Elimina muchos prejuicios y frenos
  8. Contribuye a la participación
  9. Se promueven y mejoran las relaciones interpersonales (ayuda a la resolución de conflictos interpersonales)
  10. Aumenta el nivel de empatía que se tiene hacia las demás personas