Talento Diverso

El blog sobre inclusión laboral para las direcciones de RRHH

Habilidades laborales necesarias en cualquier tiempo

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Qué son las «habilidades laborales» y su diferencia con las «competencias»

Antes de adentrarnos a comentar cuáles son las habilidades laborales atemporales más demandadas en el ámbito laboral, vamos a definir qué son las habilidades y las competencias ya que conocer y diferenciar ambas es clave en los procesos de selección de la empresa. Ya que esto te permitirá conocer cuál es el candidato mejor para tu organización al buscar captar talento diferencial.

Para ello vamos a definirlo en singular ya que se puede captar mejor el concepto. Utilizamos «habilidad» cuando una persona es capaz de realizar una tarea (tiene una destreza innata para realizar una tarea, un trabajo… ¡Qué habilidad tiene con las tijeras!); mientras que usamos «competencia» cuando esa misma tarea se realiza con experiencia y conocimiento («Esa persona es un experta en la materia»).

A continuación, vamos a ver cuáles son las 13 habilidades laborales atemporales (en cualquier tiempo) y necesarias en cualquier trabajo.

Ganas de aprender

En un proceso de selección se evalúan otros parámetros además de los conocimientos y experiencia. Ahora las empresas también valoran mucho la actitud proactiva, las ganas de aprender y mejorar las habilidades y conocimientos profesionales porque aportan mucho valor a las empresas.

Motivación

Es esencial que nosotros mismos creamos en nuestras capacidades, habilidades, conocimientos, aptitudes…, porque si nosotros no creemos difícilmente lo harán los demás. El primer paso para lograr una meta es visualizarla.

Flexibilidad y adaptación

La flexibilidad nos permite adaptarnos a nuevos retos en un mundo en constante cambio. Aparecen nuevas demandas y necesidades en el mercado, si mantenemos un aprendizaje constante tendremos la capacidad y confianza suficientes para adaptarnos y superar retos que, a priori, nos parecían imposibles de conseguir.

La capacidad para adaptarse a cambios organizativos, nuevos procedimientos e incluso programas informáticos, es un valor esencial en las personas trabajadoras, debido a los procesos de transformación que realizan las empresas.

Saber trabajar en equipo

Cuando trabajas en equipo existen dos máximas imprescindibles: colaborar y coordinar la labor con los demás integrantes del equipo, y asumir nuestras responsabilidades. No debemos olvidar que, al igual que ocurre en el deporte,  si uno de los miembros del equipo no cumple puede arruinar la labor de todo el grupo. Deberemos prestar atención y dar siempre lo mejor de nosotros mismos.

Compartir la información que sea de interés para el equipo, una continua comunicación y coordinación de las tareas o la puesta en común de criterios técnicos en el desempeño del trabajo, son elementos necesarios para un buen funcionamiento del trabajo en equipo.

Ser una persona creativa

«Si quieres obtener resultados diferentes, no hagas siempre lo mismo». Esta cita atribuida a Einstein es esencial en la empresa ya que, si quieres obtener otros resultados, deberás contar en tu plantilla con personas creativas que te aporten nuevas ideas y busquen nuevas soluciones. Ser resolutivo es importante, pero aún más ser capaz de generar soluciones nuevas a problemas comunes.

Además, no debes olvidar que quien es creativo es observador y está abierto a un entorno cambiante, otras dos habilidades que añaden aún más valor a tu empresa.

Contar con iniciativa y confianza para plantear cambios o cualquier idea novedosa, con capacidad para exponer los argumentos de mejora, es una de las características del talento que define a las personas no conformistas que desean crecer profesionalmente, lo que supone un valor añadido en las empresas.

Aceptar las críticas

Las críticas constructivas nos permiten aprender y evolucionar, por ello escucha, reflexiona y modifica lo necesario. No obstante, en ocasiones no estarás de acuerdo con los «comentarios» de tu superior, siendo recomendable para ejercer un buen liderazgo, el convencer de las decisiones con argumentos, facilitando datos objetivos o numéricos, en lugar de imponer una decisión.

Buena comunicación

Se ha convertido casi en un mantra, pero es totalmente cierto. Contar con el superpoder de las palabras para transmitir información importante, para hablar en público o con clientes, es clave.

Si a esto le añadimos el conocimiento de varios idiomas, sobre todo el inglés, es un valor añadido a la hora de poder negociar aspectos relevantes dentro y fuera de la empresa.

Además, esta habilidad-capacidad va unida a otra también muy importante, la de saber escuchar. Ambas imprescindibles si se quiere aumentar el negocio.

Capacidad de organización

Planificar las tareas pendientes y priorizarlas, analizando previamente la información para seleccionar cuales son las más importantes para realizar y procesar la labor de la mejor manera, es una habilidad muy valorada.

Esto permite, además, que el trabajador pueda marcarse objetivos más realistas y cumplirlos, lo que a su vez genera una mayor eficacia en los procesos de la empresa.

Se debe cuidar cada una de las fases por las que atraviesa un profesional, de esta forma se asegura el rendimiento en la empresa, labor que lleva a cabo recursos humanos.

Capacidad de resolución

Si surgen problemas en el proceso o en la tarea, aportar varias propuestas de solución mostrarás que eres proactivo y tienes capacidad resolutiva, dando una respuesta adecuada a cuestiones, sin necesidad de tener que consultar.

Bajo presión

En algunas ocasiones se debe realizar el trabajo sorteando dificultades y con el reloj en contra.

Controlar estas situaciones de estrés manteniendo la calma es cada vez más importante ya que cumplir los objetivos marcados es una de las premisas más valoradas, hoy en día.

Habilidades laborales en marketing

Saber gestionar la imagen de la empresa dentro y fuera de esta es una habilidad muy importante para la empresa, aunque esta no se dedique a la venta.

Como hemos visto en otros artículos, la imagen de la marca se compone de muchos factores como de la calidad de sus productos, la relación calidad-precio, así como la relación entre empleados y empleadas con los compradores o clientes, sin olvidar también la relación entre los propios integrantes de la plantilla.

En resumen, que la imagen de la empresa es el resultado de cuidar con detalle todos los aspectos internos y externos que proyecta la organización.

Saber usar las redes sociales

Utilizar bien y de forma adecuada las redes sociales no es nada sencillo, precisa análisis, estrategia, tiempo y paciencia, mucha, no olvidando nunca que nos estamos refiriendo a vías directas y rápidas de contacto con clientes y/o posibles clientes.

Debemos estudiar muy bien a qué público se quiere dirigir la empresa, en qué zona geográfica o territorio, así como otros muchos datos cuantitativos que permitan segmentar bien para dirigirse sin error a los potenciales clientes.

Desde luego, si la empresa cuenta con personal que conozca todo lo anterior y sepa realizar estas funciones, todo será mucho más sencillo, de ahí el valor de contar con estos conocimientos y habilidad.

Valores éticos

Si en la empresa prima la competitividad antes que la colaboración, se convertirá en una selva en la que los valores éticos desaparecerán.

De repente, los empleados y empleadas se olvidarán de que trabajan en la misma empresa, de que tienen objetivos comunes y de que no conviven en su puesto de trabajo con feroces enemigos, sino con compañeros y compañeras.

Esto está llevando al departamento de recursos humanos a fijarse mucho y valorar los principios éticos de las candidaturas a la hora de contratar.

Competencias digitales

La nueva era digital ha supuesto la necesidad de contar con competencias digitales en todos aquellos puestos de trabajo que se desarrollan total o parcialmente con un equipo informático.

Las nuevas tecnologías que ayudan a organizar el trabajo, compartir, buscar y mejorar la eficiencia son imprescindibles en el mundo laboral, además de permitir una sistematización y transformación en datos de toda la actividad de la empresa, lo que mejora el control y la gestión.