Todo el mundo guarda en sí una historia interesante que contar. Lo que nos define como personas no es lo que decimos ser si no lo que elegimos hacer con nuestras circunstancias y eso merece la pena ser contado porque trasciende las barreras de la mente de aquellos que nos escuchan.
En la medida que nuestro relato sea interesante, decía, generaremos un vínculo con nuestro interlocutor, empatizaremos con él. Por eso no basta con comunicar, hay que emocionar. Para ello es imprescindible conectar con una experiencia vital propia que te haya movido, que te haya dado energía para alcanzar tus objetivos. Si no te motiva a ti, no motivará al de enfrente.
Y, aunque pueda parecer contradictorio, también conviene en este sentido transmitir los pasajes del camino en los que hayas tenido dificultades porque en ocasiones ayudan a mejorar, sirven de revelación e inspiración y son espejo de crecimiento y aprendizaje.
¿Qué os dice este vídeo?
Es la razón de ser de DKV Integralia. Tanto es así, que fue mi primer contacto con la Fundación y no me hizo falta nada más para entender la verdadera filosofía y dimensión del proyecto. La manera de contar una historia nos posiciona profesionalmente y todo el que nos escuche puede tener alguna necesidad en un momento dado.
Así, tendremos nuestro entorno de trabajo más predispuesto a vender, a hacer networking o a co-crear.
Es de dominio público que personajes relevantes como Steve Jobs o Barack Obama con frecuencia hablaban en sus discursos de una infancia pobre, de las pruebas que les puso la vida y que tuvieron que superar para llegar hasta donde llegaron. Porque la vida es cambio.
Pero a la gente, además, hay que darle datos que demuestren empíricamente que nuestra forma de comunicar funciona, ya que representan una gran baza para que nuestro mensaje se expanda lo más posible.
Y todo esto que he expuesto forma parte de nuestra marca personal.
Jorge Hernández
Colaborador del Ecosistema DKV Integralia