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El blog sobre inclusión laboral para las direcciones de RRHH

Microempresas: definición y cómo funciona RR. HH.

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El 97,23% del tejido empresarial en España corresponde a «microempresas», y solo un 0,23% a grandes empresas. Pero ¿qué significa esto? ¿Qué son las microempresas?

Qué significa ser una «microempresa»

Una microempresa se denomina a la entidad que tiene menos de 10 trabajadores, ya sean estos asalariados, socios, trabajadores temporales o propietarios, y un volumen de negocio inferior a los 2 millones de euros, o que cuenta con un balance general anual que no supera los 2 millones de euros.

A esta definición llegamos a través de los tres criterios diferentes en los que se basa el Reglamento (UE) N.º 651/2014:

  • Efectivos – se refiere al número de trabajadores y trabajadoras
  • Volumen de negocio – cálculo de los ingresos de la empresa a lo largo de un año por la venta de sus productos o servicios
  • Balance general anual – valor de los principales activos de la empresa

Sin embargo, el Plan General de Contabilidad de Pequeñas y Medianas Empresas en España, por ejemplo, establece que, para poder aplicar los criterios previstos para las microempresas, el activo debe ser inferior a un millón de euros, en lugar de los dos millones establecidos en las normativas europeas citadas al inicio de este capítulo.

Las microempresas destacan por su sencillez y el uso reducido de materiales y humanos. Son muy representativas en sectores como el agrícola, ganadero, artesano, hostelero, rural, comercio…

Las microempresas y las pymes son el motor económico de Europa: impulsan la creación de puestos de trabajo y crecimiento económico, además de garantizar la estabilidad social; por ello es necesario que sea una de las prioridades de actuación de la política con el objetivo de establecer medidas dirigidas a ayudar a este tipo de empresas, sobre todo durante su puesta en marcha.

Cómo funciona una empresa pequeña

En las microempresas suele ser una persona la que controla las actividades más estratégicas y, en general, esta suele ser el propietario u otra persona de su confianza. Puede haber varios empleados realizando labores auxiliares o específicas. Debido a esto, muchos de los trabajos que son necesarios los contratan a empresas externas.

Si quiere mejorar su productividad, la pequeña empresa tiene que hacer frente a algunos retos como:

  • Realizar inversiones. No solo para dotar de medios a los empleados, sino para adaptarse a las nuevas tecnologías y métodos de trabajo.
  • Alta cualificación. El personal muy cualificado debe tener acceso a la empresa
  • Delegar. Los jefes de negocio tienen que saber y tener la capacidad de delegar
  • Conocimiento adquirido. La microempresa debe tener la capacidad de responder y emular el conocimiento obtenido en el negocio a otros entornos.
  • Retirada. El empresario debe planificar su retirada y las opciones de sucesión, venta o liquidación de su microempresa.
  • Adaptar la actividad a las nuevas necesidades del mercado, ya que los productos y la demanda varían a lo largo de los años, así como las distintas formas de consumir productos y servicios, siendo necesario estar en un continuo proceso de mejora para poder competir con las grandes compañías.

Cómo es la gestión de RR. HH. en una micropyme

En este punto quizá sea importante hacerse eco del desconocimiento, actitud o creencias de los pequeños empresarios que no dan importancia a la labor realizada al trabajar «con y por» humanización de la empresa.

Las microempresas se caracterizan porque las personas trabajadoras tienen un trato más cercano y personal con el empresario o empresaria o las personas que componen la directiva, debido a su reducido tamaño, y las relaciones laborales se suelen negociar de manera personal, es decir, no tienen delegados ni delegadas de personal o comités de empresa, como ocurre en las medianas o grandes empresas. Para tener representación legal, el artículo 62 del Estatuto de los Trabajadores exige que, como mínimo, las empresas o centros deben contar con seis personas trabajadoras, cuando así lo acuerden por mayoría.

En las grandes empresas, es frecuente que la plantilla no conozca de manera personal a las personas que componen la Junta Directiva, los órganos de Administración y la gestión de los RR.HH. Se delega en una persona o el departamento correspondiente, mientras que en las microempresas, la persona empresaria asume la toma de decisiones y ejecuta muchas funciones de las distintas áreas, ya sea de RR.HH., financieras, proveedores, estrategia comercial o las características de los productos y servicios que se ofertan.

Tanto si es una gran empresa como una microempresa, su futuro dependerá en gran medida de los recursos de su capital humano, es decir, de sus habilidades, capacidades, conocimientos, aptitudes y actitudes, ya sean dos o cien empleados.

Se puede contar con productos y servicios muy demandados, pero sin la estrategia, profesionalización y el talento necesario, la empresa no se mantendrá porque hay un hecho incontestable: si no se sabe gestionar, también se puede morir de éxito.

No debemos olvidar el papel fundamental de la formación, ya que permite a la empresa especializarse y así contar con una importante ventaja competitiva.

Las funciones que puede desarrollar recursos humanos en la microempresa son:

  • Crear un plan estratégico empresarial que alinee la estrategia, organización y capital humano para que todo funcione de forma integrada.
  • Regirse por un sistema de gestión de competencias ya que, de esta forma, puede seleccionar el talento y retenerlo, esto permitirá contar con procesos y procedimientos más rentables para la empresa
  • Motivar a los empleados (y mantener dicha motivación), logrando su compromiso con los objetivos de la microempresa, además de diferenciarse de la competencia a través de sus valores.
  • Potenciar el trabajo en equipo bien definido y coordinado, impulsando así el que puedan aportar ideas y desarrollar el talento individual de cada persona, además del grupal.
  • Buen clima laboral, mayor satisfacción de las personas trabajadoras
  • Reconocer méritos y el trabajo bien hecho, sin castigar el no tan bien realizado.
  • Impulsar y promover el desarrollo profesional y personal de cada una de las personas de su plantilla
  • Salario, importante que este esté acorde a la valía de los empleados y a la productividad de estos.
  • Establecer un plan de carrera y de promoción interna, ya que resulta más sencillo conocer las distintas áreas de gestión de la actividad para la toma de decisiones.