Talento Diverso

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Cómo ayudar a superar el miedo a lo nuevo de tus empleados

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Todo proceso de cambio genera dudas y miedos en los empleados. Por ello, el objetivo de este artículo es conocer y dar respuesta a preguntas cómo «a qué le tiene miedo el nuevo empleado y por qué», pero también cuáles son los efectos de «ese miedo» en la empresa y, muy importante, qué estrategias puede utilizar para vencerlo.

El miedo a lo nuevo en las organizaciones. ¿Qué es?

Que las emociones ocupan el eje central de nuestra vida, tanto la personal como la profesional, no es ningún secreto. Sin embargo, ciertas emociones son negativas cuando afectan al desempeño de los trabajadores, como el miedo.

Según descubre el doctor Deming en 1989, el miedo en los trabajadores causa la pérdida de la cultura empresarial, ya que los despoja de su orgullo».

Pero… ¿qué es el miedo? El miedo es una emoción fundamental, necesaria y universal que todos sentimos. Puede ser tanto objetivo como subjetivo, real o imaginario, racional o irracional, y está en función de la persona que lo padece. Suele estar acompañado de temor, impotencia, aprensión, pérdida de confianza…

El miedo dependerá en gran medida del contexto económico y social existente, pero el sentimiento del miedo, al igual que el resto de sentimiento, es subjetivo y surge de manera interna como consecuencia de una emoción y un pensamiento.

Por tanto, ante una misma realidad, una persona la puede interpretar de manera negativa y reaccionar con emociones y pensamientos que le hagan sentir miedo, mientras que otras personas no. Así, hay determinadas situaciones extremas que objetivamente provocan un sentimiento de miedo en la mayoría de las personas, mientras que otras situaciones, dependerán de la asimilación y el enfoque que cada persona le dé a esa situación.

La realidad en si no es el problema, si no la interpretación que hacemos de ella, y cómo nos sentimos dependerá, en gran medida, de cómo interpretemos esa realidad. Y en consecuencia de todo ello, actuaremos de una forma u otra.

Saber detectar cuándo se está teniendo un pensamiento negativo o distorsionado de la realidad que nos haga sentir miedo y que sea desproporcionado con la realidad, es importante para poder afrontarlo.

Forma parte del complejo proceso interno de los pensamientos de cada persona, teniendo en cuenta que cada día una persona tiene en torno a 60.000 pensamientos. Realizar un análisis interno de qué pensamientos negativos nos están provocando el sentimiento del miedo y hacer el esfuerzo en dar importancia a los pensamientos positivos, nos puede ayudar a superarlo.

Pero, aunque sea la misma emoción, tiene varios tipos. Veamos cuáles son.

Tipos de miedos de los empleados

Si observamos estos miedos desde un enfoque de productividad y calidad, veremos que existen diferentes tipos de miedo…

  • A no sobrevivir (perder el trabajo, no llegar a fin de mes)
  • Al rechazo (a destacar, a no adaptarse, a relacionarse con los demás)
  • Al fracaso (a cometer errores, a tomar decisiones, a asumir responsabilidades)
  • Al cambio (de oficina, de puesto, de ciudad)
  • A la pérdida de poder (a no ser reconocido socialmente, a perder el puesto influyente)
  • Al jefe

Hablando de miedo, de la emoción, vemos su negatividad para la persona y la empresa, pero ¿qué efectos puede tener el miedo en la empresa?

Efectos del miedo en la empresa

Como hemos visto en el punto anterior, el miedo es una emoción universal y subjetiva, cuyos efectos dependerán siempre de cómo sean gestionados por la persona que la tiene. No obstante, tiene efectos directos sobre los empleados de una empresa, como son:

  1. Silencio de los trabajadores
  2. Stop a la creatividad y la innovación
  3. Enfermo de miedo
  4. Deterioro del clima laboral
  5. Resistencia al cambio- enlazar a Gestión del cambio
  6. La productividad decae más y más -enlazar a formula de la productividad
  7. Me siento «incapaz de tomar decisiones»
  8. Ineficacia en la dirección y en la gestión de los empleados/as
  9. Bajo rendimiento y satisfacción del empleado

En el ámbito laboral, es importante alimentar los pequeños éxitos diarios para conseguir seguridad. El miedo provoca falta de confianza y de implicación, por eso es necesario un apoyo continuo y acompañamiento de los equipos, sobre todo en las situaciones difíciles.

Es necesario proporcionar herramientas para afrontar las situaciones de cambio, debiendo utilizar una comunicación asertiva y escucha activa.

Para que los miedos o las nuevas situaciones no afecten de manera negativa a la salud, debemos tener muy presente en las organizaciones el termómetro emocional. A través de los mandos intermedios de las empresas, que están en contacto directo con el día a día de la plantilla, se les debe dar las herramientas competenciales necesarias para apoyar a los equipos y ser el vector de los cambios.

En la nueva realidad de las organizaciones, con la generalización del trabajo en remoto provocado por la crisis sanitaria del Covid-19, el ámbito personal se encuentra unido al ámbito profesional, lo que hace que las emociones cobren especial atención, debiendo atender las demandas de la plantilla.

Ahora que conocemos qué es y sus efectos, vamos a conocer qué estrategias podemos utilizar para aprender a conocer, convivir y vencer el miedo.

Estrategias para vencer el miedo

Los beneficios obtenidos, tanto para la persona como para la empresa, cuando se maneja a favor el miedo, son abundantes y conocidos: menor rotación y ausentismo, menor cantidad de quejas y reclamaciones, mejor comunicación y coordinación, mayor confianza, así como una mejora en los procesos e innovación.

Ahora veamos tres estrategias frente al miedo.

Gestionar el miedo a la pérdida de poder de los directivos

El líder tampoco está exento de sentir miedo ante la responsabilidad o ante el hecho de no alcanzar los objetivos, pero también a la pérdida de poder.

La mejor forma de enfrentar ese miedo es utilizar una de sus competencias y habilidades: delegar parte de su responsabilidad en otro miembro, o miembros, del equipo.

La flexibilidad ante el cambio

«No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que mejor responde al cambio». Charles Darwin

Como decíamos al inicio, todo proceso de cambio genera dudas y miedos, es natural, es una emoción humana. Y como no la podemos evitar, lo importante será cómo se actúa ante ella, evitando así que se convierta en un obstáculo, ya que utiliza los mismos circuitos neuronales que la creatividad.

La flexibilidad es una competencia esencial que nos permite adaptarnos al cambio, es decir, asumir estos cambios de entorno (nuevo puesto, compañeros) y circunstancias (el contexto y la situación).

Ante cualquier cambio relevante, hace que nuestro pensamiento se ponga en alerta y surjan miedos hacia lo desconocido. Sentir miedo en determinadas situaciones es un indicador del cambio, al salir de la zona de confort, como aquella situación estática en la que nos sentimos cómodos, hace que la incertidumbre pueda provocar el miedo. A medida que se va avanzando, con el conocimiento de la nueva situación, el miedo se va reduciendo.

La evolución como forma de vencer el miedo

Las personas que tienen miedo a equivocarse suelen padecer de apatía, careciendo de motivación por el trabajo o proyecto que realizan, generando a su vez menos innovación, creatividad y consecución de resultados.

Cuando no conseguimos controlar el miedo, se producen bloqueos en una situación que nos impiden avanzar.

Con independencia del origen del miedo, es conveniente buscar apoyos emocionales para poder superarlo, una visión externa de la situación, que aporte un nuevo punto de vista, puede ayudar a afrontarlo. Si nos encerramos en nosotros mismos, el pensamiento negativo puede hacer que el miedo crezca de manera que no lo podamos controlar, por eso es conveniente buscar una persona de confianza con quien poder compartirlo.

Talento, creatividad e ilusión para afrontar el miedo

No eres el único, todo el mundo tiene miedo, incluso la persona que parece seguro de sí misma. Lo importante es aprender a dominar y gestionar el miedo, saber cómo afrontarlo.

El primer paso es reconocer el miedo, no negarlo ni hacer como que no existe, sino al contrario, observarlo y ver cómo y en qué nos afecta. Para enfrentarnos a ello, lo mejor, es tomar decisiones basándonos en nuestros propios valores. Por ejemplo, la integridad es una gran oponente del miedo.

Es más, ante ese miedo, en ocasiones irracional, deberemos utilizar como escudo nuestra ilusión, creatividad y talento, no en vano transitan por los mismos circuitos neuronales.

Avanzar en la vida tiene mucho que ver con la superación de los miedos. En ocasiones los miedos surgen como consecuencia de conflictos internos, de manera que no se actúa conforme a los valores personales y surgen inseguridades entre lo que se debería hacer y lo que se se está haciendo.

Para ello, hay que detectar esos conflictos y actuar de manera consecuente. Puede ocurrir que nos veamos empujados a realizar determinadas acciones en nuestra vida como consecuencia de la presión que tengamos en nuestro entorno social o laboral. Es necesario descubrir estos conflictos y conectar con nuestros valores para evitar los dilemas internos.