Talento Diverso

El blog sobre inclusión laboral para las direcciones de RRHH

Aprende a gestionar las bajas por ansiedad dentro de la empresa. Cómo evitarlas

linea temporal verde usada como separador linea temporal verde usada como separador
Imagen de cabecera

 

Los datos y cifras de la Organización Mundial de la Salud hoy en día no dejan duda alguna, más de 300 millones de personas padecen ansiedad. En 2020, debido a la pandemia, el aumento fue importante, sobre todo en el caso de las mujeres.

El estrés laboral es un problema real, al que deben enfrentarse las empresas si quieren evitar la baja laboral por ansiedad.

Pero… ¿A qué nos referimos con «baja laboral por ansiedad»? ¿Qué diferencia hay entre «contingencias comunes o profesionales»? Y, lo más importante, ¿cuáles son sus causas?

Si quieres saber qué es, sus causas, duración, contingencias, así como la forma de evitar estas bajas y cómo gestionarlas en tu empresa, no lo dudes, sigue leyendo.

Baja laboral por ansiedad: por contingencias comunes o profesionales. Las causas

La baja laboral por ansiedad es aquella en la que se reconoce la incapacitación temporal de la persona trabajadora a causa de algún tipo de cuadro de ansiedad, lo que la impide desarrollar sus tareas y responsabilidades referentes a su puesto de trabajo en la empresa.

Existen dos tipos, dependiendo del origen, que son:

  • Cuando es debido a causas personales se denomina como «contingencias comunes». Por ejemplo, una depresión por la pérdida de una persona cercana, un accidente…

Esta baja se comienza a cobrar a partir del cuarto día (desde el 4º día hasta el 20, se cobra el 60% de la base reguladora; a partir del 21 día se cobrará el 75%).

  • Si las causas están relacionadas con la actividad laboral de la persona trabajadora se denomina como «contingencias profesionales». Por ejemplo, acoso laboral o mobbing, accidente de trabajo…

Esta baja comienza a cobrarse al día siguiente de haber sido reconocida (75% de la base reguladora desde el día siguiente a la baja).

En ambos casos, corresponderá al empresario abonar el pago entre el día 4 y 15, mientras que a partir del día 16 la responsabilidad del pago pasará al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) o de la mutua con la que colabore la empresa.

A diferencia de las bajas por cualquier tipo de enfermedad física, en la que se puede realizar un pronóstico en cuanto a la duración y evolución hasta la completa recuperación y se puede diagnosticar mediante la realización de las correspondientes pruebas médicas, lo relevante de las bajas por ansiedad, son las dificultades que se tienen para contrastar, así como para determinar el origen, que puede deberse tanto a circunstancias de ámbito laboral o del ámbito personal, tendiendo en muchos de los dos.

Por otro lado, es difícil determinar la duración de una baja por ansiedad, hasta la completa recuperación para poder afrontar las funciones y responsabilidades que se derivan de su puesto de trabajo.

Otras de las dificultades a las que se enfrentan las personas que tienen diagnosticada ansiedad, es la falta de especialistas en salud mental que existen en la sanidad pública, lo que ha provocado retrasos en los seguimientos y por tanto, de la recuperación de los pacientes y una brecha sanitaria entre aquellos que tienen recursos para acudir a especialistas privados y los que no.

Posible duración

La duración de la baja laboral puede ser:

Si la baja laboral es temporal, el periodo máximo será de 365 días, prorrogables a 180 días más por el INSS cuando, una vez realizada la valoración del estado de salud, se estime que en el transcurso de dicha prórroga se prevé la curación.

En el caso de baja laboral de larga duración puede durar desde los 6 meses hasta los 24, máximo.

Si después de esta prórroga la persona trabajadora siguiera incapacitada, su situación deberá ser estudiada por un Tribunal Médico, quienes podrían estudiar su incapacidad permanente.

Requisitos para que tus empleados puedan pedir la baja médica

Para solicitar una baja laboral por ansiedad se deberán cumplir los siguientes requisitos:

  1. Un médico de la Seguridad Social o de la Mutua deberá reconocer a la persona afectada y diagnosticar su baja, así como determinar si es por contingencias comunes o profesionales.
  2. La persona trabajadora deberá estar dada de alta en la Seguridad Social y, si es trabajador autónomo, estar al corriente de pago.
  3. Si la baja laboral es por contingencias comunes, deberá haber cotizado previamente un mínimo de 180 días en los cinco años anteriores.
  4. En otro caso, si la baja laboral por ansiedad fuera por contingencias profesionales, no se requerirá ningún periodo de cotización previo.

El burnout de los empleados. El agotamiento

Cuando hablamos de burnout o agotamiento laboral nos estamos refiriendo a que la persona trabajadora mantenga durante mucho tiempo niveles altos de estrés, esto lleva a un síndrome de agotamiento laboral que provoca desmotivación, apatía y poca energía. Esto, como es lógico, deriva en una baja productividad.

Las causas puede ser un jefe demasiado autoritario, ausencia o falta de herramientas adecuadas para realizar bien su trabajo, o demasiada carga de trabajo en un tiempo concreto (es decir, demasiada labora a realizar en muy poco tiempo.

A consecuencia de la pandemia se han elevado los índices de agotamiento, algunas causas son: la incertidumbre sanitaria, los problemas para la conciliación laboral y familiar cuando se teletrabaja —sobre todo las mujeres, el mobbing o acoso laboral, la discriminación…

Los síntomas más destacables del agotamiento laboral son:

  • Menos energía, lo que lleva a una mayor lentitud en el desarrollo de las tareas y una menor productividad.
  • Menor motivación de las personas trabajadoras al sentirse desconectadas de la empresa, sobre todo aquellas que teletrabajan.
  • Fatiga laboral lo que da lugar a que cometan más errores en sus tareas o proyectos, o que realicen un trabajo de menor calidad.

Si detectas algunos de estos síntomas en las personas de tu equipo, es hora de actuar. Sin ayuda solo empeorará.

Una de estas causas puede ser el exceso de carga de trabajo mental o físico, dependiendo del tipo de actividad que la persona trabajadora desarrolle. Veamos a continuación qué es y cómo detectar este problema.

La carga de trabajo mental. Indicadores

La carga de trabajo mental está relacionada con un exceso de tareas en poco tiempo, la no desconexión laboral por horas extras… Todo ello conlleva agotamiento, menor productividad, más errores, ansiedad, depresión, conflictos con los compañeros y compañeras… y mucho más.

Para no llegar a este punto se debe valorar la carga de trabajo utilizando indicadores como:

  • La escala de Cooper-Harèr que realiza evaluaciones teniendo en cuenta la dificultad del trabajo a desarrollar, en una escala del 0 al 10. Sin embargo, tiene un problema, no es objetivo.
  • Subjective Assessment Technique (Swat), que tiene en cuenta los tres factores que llevan a la carga de trabajo, como son el tiempo que suponen, el esfuerzo mental que implican y el estrés que provocan en la persona trabajadora.
  • NASA-TLX (Task Load Index) que, además de tener en cuenta lo anterior, también añade el rendimiento y el nivel de frustración ocasionado.
  • Workload Profile, donde solo se considera la cantidad de recursos precisos y relacionados con la carga mental.

Sin embargo, a la hora de establecer la carga de trabajo a realizar por la persona trabajadora, también se deberán tener en cuenta otros indicadores comunes como son:

  • La descripción del puesto de trabajo con toda la información sobre sus características y los objetivos de este.
  • El organigrama de empresa ya que nos dará una visión de la estructura jerárquica y de la relación existente entre los diferentes departamentos. Esto permitirá conocer a la persona trabajadora de dónde vienen las tareas que debe ejecutar.
  • Evaluación del desempeño, lo que mostrará cómo se gestiona el volumen de trabajo y nos permitirá detectar posibles sesgos.

SOLUCIONES para evitar las bajas por ansiedad

Para abordar este problema, las empresas, y en concreto RR.HH., deben priorizar el bienestar de los empleados y empleadas, tomando medidas concretas para ello como:

  • Flexibilidad laboral: una mejor y mayor organización de las responsabilidades y tareas, una mayor conciliación laboral y familiar, un mejor seguimiento para evitar el estrés y promover así la motivación y la productividad.
  • Evaluar desempeño y rendimiento: la comunicación interna, el sentimiento de comunidad y la evaluación objetiva a través de software son esenciales para ayudar y orientar a quienes sientan que no están a la altura.
  • Descansos visuales y descansos entre jornadas de trabajo: deberás asegurarte de su cumplimiento
  • La inteligencia emocional aplicada en los equipos evitará el agotamiento laboral, el estrés para aportar empatía, escucha activa y crear una cultura empresarial de confianza.
  • Facilitar la gestión de las ausencias médicas a través de un software que garantice comodidad y agilidad a la hora de presentar la documentación correspondiente por parte de la persona trabajadora.
  • La existencia de un equilibrio en las condiciones laborales, la satisfacción y enriquecimiento profesional, el buen ambiente laboral, son factores que se deben cuidar para evitar la sobrecarga que pueda ocasionar el estrés y la ansiedad que originan las bajas laborales, lo que puede revisarse de manera regular con algunas herramientas, como las encuestas de clima laboral o encuestas de factores psicosociales.