La necesidad de la tecnología en las empresas es inevitable. Cada área tendrá sus propias necesidades tecnológicas dependiendo de sus funciones.
En el año 2020 se ha producido un desarrollo exponencial de la tecnología como consecuencia del COVID-19; se dice que se ha avanzado lo que estaba previsto en un periodo de seis o siete años. Como consecuencia de la necesidad de evitar el contacto personal, la tecnología ha pasado a formar parte de todas las áreas de nuestra vida.
No obstante, la identidad digital de las personas en su ámbito privado se lleva utilizando muchos años, mientras que la presencia digital de las compañías y su paulatina introducción en las redes sociales ha sido posterior, pero se ha realizado de una manera mucho más rápida e invasiva, al ser uno de los principales canales de comunicación.
Por tanto, la utilización de la tecnología en las empresas ya no se considera sólo una oportunidad, sino una auténtica necesidad para desarrollar la actividad. Ante la imposibilidad de desarrollar el trabajo de manera presencial, ha sido necesario mantener a la plantilla conectada y realizar el esfuerzo para que sigan comprometidos y alineados con la cultura de la organización.
La tecnología ofrece a las empresas una oportunidad para la reinvención, ya que ha obligado a realizar cambios estructurales y se han creado nuevos modelos de trabajo e incluso nuevos perfiles profesionales: revisores de contenidos, community manager, etc.
Si bien para llegar a la consolidación tecnológica requiere cambios organizativos, siendo necesario desaprender lo aprendido para incorporar un nuevo proceso de aprendizaje, ya que no es posible realizar las cosas de la misma manera y las empresas tienen que estar abiertas a estos cambios.
En la actualidad, las organizaciones se mueven en el entorno VUCA, caracterizado por la complejidad, incertidumbre, volatilidad y ambigüedad. La utilización de las herramientas tecnológicas tiene que dirigirse a afrontar los cambios, y a hacer frente a las posibles dificultades que se presenten.
Ante los avances tecnológicos, es necesaria una actualización casi inmediata de nuestros conocimientos, por lo que la formación continua va a ser una parte imprescindible de la implantación tecnológica en las empresas.
Qué son los procesos tecnológicos
Veamos a continuación las fases a seguir en este proceso y comprenderemos mejor qué significa.
- Detectar el problema o necesidad
En todo proceso se comienza primero definiendo claramente cuál es el problema o producto que precisamos, cómo se puede resolver y qué condiciones u objetivos se esperan lograr con la solución.
Las herramientas tecnológicas nos permiten sistematizar aquellas actividades que resultan más mecánicas o pueden ahorrar tiempo cuando se tiene que realizar tareas de manera masiva.
- Búsqueda y análisis de información
A continuación, una vez definido el problema o necesidad, pasamos a la siguiente fase: la búsqueda y el análisis de la información. La información se recabará de fuentes diversas y se analizará, así como posibles soluciones existentes a problemas similares, siempre con el objetivo de encontrar la mejor solución.
- Diseñar la idea
En la fase tres, con la definición, la búsqueda y el análisis realizados, pasaremos al diseño de la idea que solucionará el problema. Se realiza un boceto muy concreto para comprender la idea que se propone, de esta forma se puede plantear una solución creativa, considerando los aspectos técnicos y económicos de la propuesta presentada.
Sobre esta fase se asentará la base de lo que después será el desarrollo final de nuestro proyecto tecnológico.
- Planificación. plan para la resolución
En esta fase estructuramos el plan que se debe seguir y qué medios se precisan para lograr el resultado esperado.
Es decir, en este punto definiremos tres aspectos:
- La organización de las tareas entre el personal, teniendo en cuenta sus competencias personales y profesionales
- Se asigna y organiza el tiempo en base a entregas parciales y finales del proyecto
- El estudio económico donde estimamos los costos finales, teniendo en cuenta el material, la mano de obra y cualquier otro gasto requerido para la finalización del proyecto
En resumen, se trata de identificar con claridad y concreción cuáles son los factores técnicos, económicos y organizativos.
- Construcción del prototipo del objeto
Tenemos la definición, la información y su análisis, la idea y la planificación de la solución, ahora nos adentraremos en la construcción del prototipo.
En esta fase pasamos de la idea al producto real, construyendo el producto que hemos estado diseñando y planificando. Tendremos que ajustarnos a todos los costes definidos en la planificación, así como cumplir con todas las normas de seguridad.
- Evaluación se evalúa cada fase del proceso tecnológico y el resultado final alcanzado.
Ya tenemos construido y desarrollado nuestro proceso, ahora es el momento de evaluar que cumple todas las condiciones expuestas en los pasos anteriores y que resuelve el problema, satisfaciendo así las necesidades ya definidas al inicio.
Para evaluar se utilizan pruebas y ensayos que determinen si el objeto cumple con todos los objetivos para los cuales se diseñó. Si se detecta algún problema se deberá ir marcha atrás, incluso hasta la fase del diseño, para ver dónde está la causa y corregir aquello que sea necesario. Una vez comprobado todo y fabricado, llegamos a la última fase: la difusión, es decir, darlo a conocer y comercializarlo. Incluso se puede preparar una memoria del proyecto y publicar algún artículo en revistas especializadas sobre el tema.
Como hemos visto, el proceso tecnológico involucra los conocimientos teóricos y prácticos en el ámbito tecnológico, logrando así la obtención de la mejor solución.
Hay compañías que, dentro de los procesos tecnológicos, introducen sistemas de inteligencia artificial, que permiten simular el procesamiento del cerebro humano con máquinas y sistemas informáticos, potenciando la capacidad de analizar multitud de datos de forma simultánea y resolver problemas de modo autónomo, partiendo de algoritmos y paradigmas de naturaleza humana.
Sin darnos cuenta, la inteligencia artificial está presente en multitud de actividades cotidianas, si bien la aplicación en las empresas es progresiva, con la finalidad de automatizar procesos, analizar datos y evitar errores.
La utilización de las herramientas tecnológicas en las empresas no requiere excesivos costes, estando al alcance de las pequeñas y medianas empresas, a todos los niveles profesionales, lo que ha ayudado a su generalización, por el contrario, la inteligencia artificial requiere una mayor inversión derivada de su complejidad.
La utilización de la tecnología en las empresas tiene la finalidad de mejorar la gestión, proporcionando un valor añadido para conseguir mayor diferenciación, y es un elemento de competitividad.