Tener un pensamiento sistémico en una organización significa entender que la misma es mucho más que las sumas de sus departamentos y de sus individuos. Es pensar en la empresa como un todo
El pensamiento sistémico consiste en comprender cómo en un sistema sus diferentes partes pueden influirse entre sí dentro del conjunto. Se diferencia del pensamiento analítico, en el cual se divide el sistema en partes más simples para identificar cada pieza y examinar cómo funcionan juntas.
Pero el ser humano resuelve las situaciones con una relación de causa y efecto, es decir, linealmente. Estos niveles tradicionales de resolución lineal de problemas impiden que las empresas tomen las decisiones más efectivas que podrían tomar para el avance de la sociedad. Por eso, un enfoque sistémico puede producir mejores soluciones.
Los sistemas evolucionan y se hacen más complejos. El pensamiento sistémico hará que más personas se adapten a la resolución de problemas complejos a los que se enfrentan todas las empresas al abordarlos desde diferentes ángulos. A su vez, esto transformará a nuestros ciudadanos en líderes empresariales exitosos en el futuro.
La evolución de la concepción de las empresas, hace que no sólo representen unos determinados productos o servicios, sino que simbolicen unos valores que definen a cada compañía y que determinarán su modelo productivo, organizativo y de gestión, influyendo en todas las áreas del negocio.
El lugar de trabajo como un todo
Con base en la teoría de sistemas, en lugar de centrarse en partes individuales de una empresa, el pensamiento sistémico intenta estudiar el lugar de trabajo en su conjunto. El beneficio del pensamiento sistémico es que puedes contemplar los problemas causados examinando cómo encajan las partes de tú negocio. La desventaja es que el pensamiento sistémico no es fácil, especialmente en las grandes empresas.
No es fácil, porque las grandes empresas cuentan, a su vez, con muchos departamentos, cada uno con un responsable y unos empleados o empleadas distintos/as. Hasta que no se actúe como un equipo, ese departamento concreto no funcionará y tampoco podrá presentarse como una parte eficiente de ese todo que es la empresa, formada por otros muchos departamentos.
La coordinación entre todas las partes de la empresa y su funcionamiento al unísono es lo que constituye un pensamiento sistémico. Sería como pensar todos a una.
Cada vez las empresas utilizan más determinadas actividades para conectar a los empleados y empleadas, por ejemplo, por medio de Team Building, se realizan actividades y experiencias lúdicas normalmente fuera del entorno laboral, orientadas a mejorar el rendimiento, lograr un mejor conocimiento del resto de compañeras y compañeros de equipo y de otros departamentos, fomentando el sentimiento de pertenencia a la Compañía, que ayude a interiorizar la visión global y la identidad corporativa.
Como funciona el pensamiento sistémico (La organización es más que la suma de sus departamentos)
El componente clave del pensamiento sistémico se basa en que todo está conectado. Para hacer más eficiente la empresa, es mejor y más fácil centrarse en diferentes departamentos o en empleados individuales. No obstante, hay que pensar que la organización es mucho más que la suma de los departamentos. Combinados todos los departamentos, o todos los empleados, todos los elementos de la empresa interactúan de formas nuevas y complejas.
Un ejemplo podría ser un coche, que serviría como metáfora del funcionamiento de una empresa. El automóvil tiene ejes, volante, transmisión, un motor, un depósito, un ordenador a bordo, pero todos estos dispositivos o elementos tienen que trabajar juntos para dar lugar a un automóvil funcional. Es obvio que si todos los componentes están en buenas condiciones, pero no interactúan correctamente, el coche no funcionará.
La mejor manera de explicar la contribución del pensamiento sistémico al desempeño administrativo eficiente es con ejemplos. Supongamos que se ha adoptado una política de marketing agresiva para su empresa, ampliando con éxito su base de clientes. Parte de la política es una promesa de servicio al cliente rápido y de calidad, pero los clientes dicen que este objetivo no se está cumpliendo.
Un enfoque orientado a los detalles podría asumir que el servicio al cliente es obviamente el problema y tratar de averiguar qué están haciendo mal en esta sección de la empresa. Si se utiliza el pensamiento sistémico, se observa el panorama general y nos damos cuenta de que el problema surge de la combinación del servicio al cliente y el marketing. El departamento de marketing promete más de lo que el servicio al cliente puede ofrecer, y el servicio al cliente no encuentra formas de mejorar las cosas.
Si, por ejemplo, en la empresa se está debatiendo si permitir que los empleados trabajen a distancia, el pensamiento sistémico considera los diferentes impactos que esto tendrá en su empresa:
- Mejora de la moral de los empleados, lo que puede aumentar la lealtad.
- Mayor productividad gracias al ahorro de tiempo en los desplazamientos.
- Ahorro de costes si no se necesita espacio de oficina para todos los empleados.
- En el caso de un ataque cibernético, tener una fuerza laboral muy dispersa puede reducir las interrupciones.
- Menos supervisión de sus empleados.
- Potencial de fallos de seguridad.
En este ejemplo, el pensamiento sistémico no sólo tienen en cuenta la repercusión que pueda tener el trabajo a distancia en la empresa: productividad, costes, seguridad, etc., sino que también tiene en cuenta los efectos en el ámbito privado de las personas trabajadoras, como son los beneficios con la conciliación familiar o desde otra perspectiva, el efecto que pueda tener en la gestión de personas, como la captación o retención de talento.
Retroalimentación y patrones
Otro de los beneficios del pensamiento sistémico es que puede facilitar la detección de patrones y ciclos de retroalimentación en la forma en que los empleados, los equipos de proyectos o los departamentos interactúan. Se produce un ciclo de retroalimentación cuando diferentes partes de su empresa refuerzan el comportamiento de los demás para bien o para mal.
Por ejemplo, suponga que un director de proyecto exige más tiempo a uno de los miembros de su equipo, lo que interfiere con su trabajo habitual. El supervisor habitual del miembro del equipo responde exigiendo más trabajo a cambio, lo que reduce la eficacia del equipo. El conflicto se intensifica a partir de ahí.
El problema no es solo con el supervisor o el director del proyecto, sino con la forma en que interactúan. El pensamiento sistémico puede mostrarnos el panorama general, que es el primer paso para solucionarlo.
Así, se emplean cada vez más recursos y atención a la experiencia del empleado o empleada dentro de la empresa o Employer Branding, es decir, la imagen que tiene una compañía para la plantilla y para las posibles candidaturas, cómo se siente dentro del entorno laboral y qué beneficios le puede aportar.
Por otro lado, desde esta perspectiva global de la conexión entre el ámbito laboral y personal, en las empresas y especialmente, a través de los servicios de prevención, se realizan acciones para fomentar hábitos de vida saludable, de alimentación, ejercicio, etc., teniendo en cuenta la citada visión global de los empleados y empleadas como personas, donde el ámbito laboral y personal están conectados y lo que se realiza en cada uno de ellos influye en el otro.
Fortalezas y debilidades de este tipo de pensamiento
Como la mayoría de las ideas de gestión, el pensamiento sistémico no es una cura milagrosa para los problemas corporativos. Antes de adoptarlo, debemos tener en cuenta tanto las fortalezas como las debilidades del pensamiento sistémico. La gran fortaleza es su eficacia para encontrar problemas. La gran debilidad es que es difícil hacerlo con éxito..
En una pequeña puesta en marcha, puede ser fácil obtener una descripción general del problema del sistema porque todos forman parte de un equipo pequeño. A medida que la empresa crece, las cosas se vuelven mucho más complejas, lo que dificulta obtener una descripción general de los sistemas que lo abarque todo. Los departamentos, sucursales y proyectos comienzan a aislarse, lo que dificulta la recopilación de toda la información.
En los procesos de crecimiento de una empresa, uno de los factores sobre el que se debe prestar especial atención, es en la determinación de un procedimiento de comunicación que sea fluida y efectiva, ya que una incorrecta comunicación, puede provocar una falta de información que dé lugar a cometer errores en la gestión.
Otra debilidad es que el pensamiento sistémico no es una buena herramienta para abordar una crisis. Si, por ejemplo, una persona sufre un ataque cardíaco, los sistemas de pensamiento sobre el estilo de vida, la dieta y los cambios en la medicación son importantes, pero solo después de que pase la crisis. Asimismo, el pensamiento sistémico no es la mejor herramienta cuando su empresa está en modo de emergencia.