En este artículo vamos a conocer cómo nos ayuda la inteligencia emocional en el trabajo, qué elementos la componen, y cómo diferenciarte de los demás por medio de ella.
Cómo nos ayuda la inteligencia emocional
Primero recordaremos que la inteligencia emocional es la capacidad de gestionar nuestras emociones, una habilidad demandada en las empresas, tal y como comentamos al hablar del test de inteligencia emocional
Gestionar lo que sentimos en el trabajo nos permite tomar mejores decisiones, aumentar la calidad de las relaciones interpersonales, pero también poseer un control más adecuado ante situaciones de estrés, frustración o apatía al contar con habilidades como el autocontrol, la empatía, la autoconciencia, y la motivación. Esto favorece el colaborar mejor entre compañeros, así como con los empleadores, y crear un buen ambiente de trabajo.
La inteligencia emocional nos posibilita, de una manera más sencilla, adaptarnos a nuevas situaciones, conseguir objetivos y alcanzar un bienestar personal, persiguiendo la coherencia entre lo que pensamos, lo que sentimos y lo que hacemos.
Se trata de habilidades y competencias que se pueden entrenar y desarrollar en cualquier momento de nuestra vida, tanto en la dimensión interna de uno mismo, como en la externa de las relaciones con los demás.
Ahora que sabemos cómo nos ayuda, veamos en el siguiente punto qué elementos la componen.
Los elementos que componen la inteligencia emocional
La inteligencia emocional nos permite utilizar el razonamiento para cambiar los sentimientos. Las emociones sumadas a los pensamientos nos generan unos sentimientos que determinan nuestra forma de actuar. Si cambiamos la forma de pensar, mirando las cosas desde un prisma distinto, seremos capaces de cambiar nuestros sentimientos y por tanto, el comportamiento.
Ya sabemos cuán importante es porque somos personas y no podemos desligar la mente del cuerpo, pero ¿qué elementos componen realmente la inteligencia emocional?
- Autoconciencia: tener conciencia de uno mismo, es decir, comprenderlos, saber reconocer qué nos afecta y por qué, en la realidad laboral supone conocer nuestras debilidades y fortalezas, nuestro valores, intuición e impacto en otras personas.
En resumen, tener mayor confianza en nosotros mismos nos motivará más, lo que puede llevar a una mejor planificación del tiempo y así realizar el trabajo antes de los tiempos evitando situaciones de estrés, sobre todo si eres gerente y estás condicionado por plazos demasiado ajustados.
- Empatía: reconocer, comprender y experimentar las emociones de la otra persona, incluyendo su lenguaje corporal, es lo que se denomina ser empático.
En el ámbito del trabajo es determinante, puesto que favorece totalmente el trabajo en equipo y la colaboración entre miembros del mismo grupo o entre diferentes grupos. Pero también permite en la empresa contratar y retener mejor el talento, el desarrollo de personas internas (empleado),y una mayor sensibilidad en la relación intercultural, imprescindible, por ejemplo, para empresas que dispongan de clientes en el extranjero.
- Motivación: es la satisfacción interna experimentada después de un logro.
Un impulso que nos lleva a sentir pasión por el trabajo que se realiza, volcando en ello mayor energía y optimismo, incluso ante los problemas que se puedan interponer en su ejecución.
- Autocontrol: saber controlar nuestras propias emociones de forma que no interfieran de forma negativa.
En el ámbito laboral, es de gran ayuda hacer frente a las emociones adversas para evitar impulsos no deseados. Imaginemos que una presentación no sale bien. El primer impulso del jefe del equipo puede ser gritar o desesperarse, pero si controla las emociones y mira con detenimiento cuáles han podido ser los fallos, podrá comentarlos tranquilo con el equipo y buscar juntos soluciones.
- Habilidades emocionales: tener la capacidad de relacionarse, interactuar y negociar con otras personas puede darnos la clave para avanzar hacia la excelencia.
Gracias al respeto y la asertividad en las relaciones entre compañeros o entre grupos o áreas de trabajo, y con los jefes, se llega a una comunicación más directa, transparente y efectiva, además de motivadora.
Otros elementos que componen la inteligencia emocional y que permite que las personas tengan éxito son: el autoconocimiento, el conocerse y valorarse a sí mismo de forma positiva, lo que permite tener confianza en uno mismo y ser más exigente, ser optimista y motivarse por conseguir los objetivos y mostrarse al exterior tal y como eres y cómo piensas.
Las personas que están más conectadas consigo mismas, se conocen y saben autogestionarse, pueden superar de forma más sencilla momentos de adversidad, ya que saben detectar los cambios que deben introducir para poder volver al equilibrio necesario.
Conocerse a uno mismo servirá para desarrollar nuestro potencial y realizar acciones para mejorar nuestras debilidades. Cuando trabajamos en mejorar una debilidad se convierte en un nuevo potencial.
Diferénciate de los demás por medio de la inteligencia emocional
Si una empresa logra que sus empleados posean inteligencia emocional, conseguirá mayor eficacia, aumentando sus probabilidades de conquistar los resultados deseados. Desde 2020 está considerada una de las diez habilidades más buscadas por los empleadores y el departamento de recursos humanos.
Para saber si una persona durante un proceso de selección cuenta con inteligencia emocional, podemos analizar su forma de expresarse, las referencias que puede dar de los anteriores empleos, la proyección o la aportación que puede hacer en la empresa si es seleccionado. Las palabras que utilice, la descripción de sí mismo, expresarse de forma positiva, nos dará una primera valoración de su autoconocimiento.
Las reacciones ante preguntas menos habituales, las cuestiones sobre las que muestre interés o el hablar de sus logros en primera persona (o en referencia a su equipo), pueden darnos algunos datos de cómo se relaciona en el entorno laboral.
En el ámbito laboral, el valor o marca personal es lo que caracteriza a una persona y la hace sobresalir frente al resto. Con la denominación de Branding, nos referimos a la construcción de la marca personal, mediante la identificación de aquellas características que nos hacen diferentes y competitivos, capaces de aportar un valor único en las empresas.
Uno de los profesionales más utilizado en las empresas para realizar el acompañamiento en el aprendizaje y desarrollo profesional es el coaching, que ayuda a conseguir los objetivos personales y profesionales, aplicando distintas técnicas para eliminar los bloqueos mentales que nos impiden avanzar, aprendiendo estrategias de éxito y alcanzar las metas, consiguiendo mejorar las relaciones sociales y personales y la felicidad.
Ahora, diferenciarte de los demás a través de la inteligencia emocional sí es posible, aprendiendo a detectar tus propias emociones, controlando mejor tus actos o respuestas a situaciones, conociendo mejor tu lenguaje corporal, etcétera. No te preocupes, al igual que ocurre con otras habilidades y el coeficiente de inteligencia, también se puede entrenar y te lo explicamos todo en qué es el coeficiente emocional y cómo mejorarlo.
Conocer y entrenar la inteligencia emocional nos permitirá lograr éxitos incuestionables.