Talento Diverso

El blog sobre inclusión laboral para las direcciones de RRHH

Cómo ayudar a un trabajador a adaptarse a un trabajo nuevo

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El cambio es algo que se produce en todos los aspectos a lo largo de la vida. Pero es un hecho que no tiene que ser negativo; especialmente a nivel laboral, puede servir como motivación logrando una mayor productividad en las personas. Para que esto suceda es necesario ayudar al trabajador a adaptarse a un trabajo nuevo.

En el nuevo paradigma del mercado laboral existe mucha más temporalidad que en etapas anteriores; los cambios vienen determinados por distintos motivos, pero en ocasiones se realizan para poder promocionar y crecer profesionalmente.

Aceptar los cambios

Lo primero y necesario para cualquier persona es aprender a aceptar los cambios, porque suceden en todos los ámbitos de la vida.

Es preciso aprovechar la oportunidad que supone contar con un nuevo empleo, con la ilusión de dar lo mejor, tener flexibilidad para adaptarse a la nueva estructura y estar predispuesto a aceptar cualquier consejo o aprendizaje que resulte beneficioso.

También es necesario adaptarse al lugar de trabajo y, si es posible, más pronto que tarde.

Muchas de las mejores oportunidades laborales llegan aprovechando esas novedades que aparecen si estamos atentos. Esto quiere decir que hay que dejar paso a las nuevas formas, olvidarse de antiguos procedimientos, dejar partir a personas y jefes con los que se trabajaba y ver con nuevos ojos lo que se ofrece en forma de objetivos, medios, nuevos compañeros, etc.

Hay que destacar que si en una organización se va a implementar un cambio, es inútil resistirse porque eso no impedirá que la nueva idea siga su curso hasta estar completamente integrada en la empresa.

Lo mejor es continuar por ese camino, moviéndose en la dirección del cambio, aunque siempre hay momentos en los que se puede opinar, pero aplicando el sentido común si hay que presentar alguna crítica sobre determinados aspectos del nuevo proceso.

Mantenerse positivo

Mantener una actitud positiva es absolutamente esencial para conseguir una adaptación rápida frente a cualquier novedad que se produzca.

Hay que relacionarse con los nuevos compañeros, encontrar sus habilidades y aprovecharlas conjuntamente para desarrollar el nuevo proceso con todo éxito.

Ver de esta manera las posibilidades que ofrece un cambio laboral ayuda a que el proceso de adaptación sea más rápido, pero sobre todo más relajado para todos.

Es importante tener paciencia con los procesos de adaptación a los nuevos empleos. Aunque tengamos experiencia en un mismo puesto, los procedimientos de trabajo o las herramientas que se utilizan para su ejecución son distintas en cada empresa, por eso durante las primeras semanas e incluso meses se deben consultar todas aquellas dudas que vayan apareciendo, haciendo las aportaciones de mejora que surjan.

Lograr una perspectiva fresca

Para lograr una nueva perspectiva sobre cómo afrontar el cambio y el proceso de adaptación es una buena idea pedir opiniones a amigos y familiares que no están en ese trabajo.

Se trata de que se expresen sobre sus propias experiencias para comprobar cómo suceden estos procesos para otras personas, qué les supone, cómo lo afrontan…

Pueden ser unos excelentes asesores sobre lo que se debe hacer cuando el entorno de trabajo está cambiando.

Focalizarse en lo que se puede controlar

Es conveniente para evitar cualquier tipo de estrés centrarse en lo que se puede controlar sobre las tareas y responsabilidades laborales que corresponden.

Si hay que enfrentar grandes proyectos u obstáculos se pueden dividir en tramos. Se focaliza solamente cada uno de ellos tratando de controlar lo que se puede hacer.

Es buen momento para identificar las habilidades que se desean desarrollar y se pueden agregar como nuevos objetivos que se deben alcanzar.

Si una persona es seleccionada para ocupar una vacante es porque encaja en el perfil requerido, por lo que es necesario confiar en sí mismo, teniendo iniciativas que aporten el valor que se espera de esa incorporación.

Conseguir un control de este tipo aumenta la satisfacción personal, incluso en periodos de cambio en los que el trabajo va evolucionando.

Configurar nuevas metas

Establecer nuevas metas ayuda a ver el cambio con otra perspectiva. Se produce un cambio de mentalidad que provoca que la energía se redirija con un nuevo impulso en busca de esos objetivos.

Buscarlos hará que las acciones vayan encaminadas hacia ellos y conseguirá que el estado de ánimo se vea reforzado.

Aunque se esté produciendo un cambio establecer nuevos hitos supone tener una actitud positiva lo que favorece que el periodo adaptativo sea más llevadero, acortándose los plazos.

Esas metas no deben ser una obsesión; se pueden marcar a corto y a largo plazo.

Los objetivos a corto plazo tienen un periodo de vigencia limitado que puede ser desde unos días hasta un año y sirven de inicio para dedicarse más adelante a completar metas más importantes.

Abordar pequeñas tareas, realizar cursos de formación, ganar en experiencia son algunos de los fines que se pueden plantear.

Las metas a largo plazo suelen tardar más en conseguirse, pero apoyándose en los pequeños hitos ya logrados se va haciendo camino.

Aquí podemos incluir promociones internas en la empresa hasta llegar a un determinado nivel, afrontar un proyecto largo y complejo o usar la experiencia adquirida para conseguir un nuevo trabajo en otra organización más importante.

Seguir conectado con los compañeros de trabajo

Aunque el entorno laboral siga evolucionando, es necesario mantenerse conectado a los compañeros para conservar la productividad y el éxito en el puesto de trabajo.

El trabajo en equipo y la coordinación entre los distintos departamentos es esencial para tener éxito.

Debemos tener en cuenta los objetivos generales de la empresa y la aportación que hace cada persona trabajadora o equipo en su consecución, pensando siempre en el trabajo de manera colectiva y no individual.

Hablar y relacionarse con ellos, hacer preguntas sobre lo que está sucediendo y obtener respuestas es una forma de lograr un estado mental positivo, aumentando la energía con el fin de conseguir los objetivos planteados.

Normalmente los compañeros son las personas más indicadas para trasmitir cierta información, la repercusión que tiene dentro de la empresa o el nivel de jerarquía al que está vinculado. Por eso es importante compartir las inquietudes y dudas con los compañeros para encajar adecuadamente dicha información.