En España el tener alguna discapacidad nos hace la vida más complicada es cierto, pero en los países en Desarrollo en los que la Fundación interviene, casi en la totalidad de los casos de PCD los avoca a la mendicidad.
Una de las mejores cosas que me han pasado en la vida es comprobar el impacto real de mi trabajo en la vida de las personas y como una PCD que no ha tenido nunca un empleo formal y que se dedica por ejemplo a la venta ambulante de golosinas, en tan solo unos meses de formación y acompañamiento cambian su vida. Obtienen unos ingresos fijos y normalizan su situación laboral y social. La valoración que el entorno y ellos mismos tienen cambia. Se empoderan y la autoestima se eleva.
Los proyectos internacionales, son altamente gratificantes.
A través nuestro día a día, de nuestro trabajo, los entornos en los que actuamos, cambian los estereotipos negativos que existen en relación a la discapacidad.
Esto lo saben muy bien Gustavo Mascuñán e Iván Soriano, integrantes del equipo internacional de DKV Integralia, desplazados en Colombia y en India, respectivamente.
Dos estupendos profesionales llenos de valentía y generosidad, que seguro inspiran a las PCD de los proyectos en los que participan.
Cristina González, Directora General de Fundación DKV Integralia, me decía un día en el que me sentía un poco desanimada: «Pilar, estamos cambiando “mentes y corazones”.
Y, es verdad. Los proyectos internacionales son altamente gratificantes.