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Plan estratégico de la empresa. Instrumento para la calidad

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Cuando queremos saber si las cosas se están haciendo bien en la empresa, es imprescindible crear un plan estratégico empresarial. Pero ¿a qué nos estamos refiriendo con ello? Quizá, lo primero es que definamos «plan estratégico» antes de continuar.

El plan estratégico de una empresa es un informe en el que la empresa refleja los objetivos empresariales que se desean alcanzar, a medio o a largo plazo, a la vez que se detalla el modo en el que se van a conseguir. Este informe debe estar integrado en el plan de negocio de la propia empresa.

El plan estratégico debe recoger la planificación económica-financiera, estratégica y organizativo de la empresa para conseguir sus objetivos y alcanzar su misión de futuro. Debe definir las acciones que debe llevar a cabo la empresa para afrontar los retos y conseguir los objetivos.

Dado el alcance de esta herramienta, muy similar al plan estratégico de marketing, debe estar realizado por personas con responsabilidad que conozcan muy bien la capacidad y características de la empresa. El plan de marketing, se trata de un proyecto individual, mientras que el estratégico es más genérico y engloba todas las líneas de trabajo de la empresa.  Analiza y reflexiona sobre la realizad de la empresa y dónde se quiere llegar, estableciendo de forma ordenada y sistematizada cómo hacerlo a través de actuaciones; también define los medios para ejecutar lo planificado y realiza evaluaciones para saber si se ha cumplido el objetivo.

Sistemas para la gestión de la calidad: norma ISO 9001

Las empresas desarrollan estos sistemas teniendo en cuenta la norma ISO 9001, sin embargo, esto no asegura siempre la obtención de los resultados previstos. El 23 de septiembre de 2015, se publicó la nueva versión ISO 9001:2015. La revisión surgió por la necesidad de adaptar la norma a los tiempos actuales en los que se ven envueltas las organizaciones.

Esta nueva versión incluyó cambios, destacando la incorporación de la gestión del riesgo o el enfoque basado en riesgos en los Sistemas de Gestión de la Calidad. Aunque es una técnica normalmente aplicada en las organizaciones hasta ahora no estaba alineada con el SGC.

La implantación del SGC tiene como objetivo integrar adecuadamente los procesos dentro de la organización de forma efectiva, para conseguir la mejora continua y la satisfacción del cliente.

La norma exige la realización de revisiones periódicas mediante auditorías internas, para la rectificación y mejora de los procesos que sean necesarios.

Para las empresas, supone un factor diferenciador en el mercado y respecto de la competencia, mejorando la imagen de marca y logrando una mayor eficiencia en los procesos y en la satisfacción del cliente, así como una mejora de la comunicación a nivel interno y una mayor satisfacción de las personas trabajadoras.

El plan estratégico como herramientas de mejora

El plan estratégico nos muestra la ruta a seguir para lograr los objetivos de la empresa, así como las acciones que se deberán llevar a cabo para su consecución.

Para ello será preciso analizar y definir las características de la empresa, así como calibrar sus puntos fuertes y las posibles amenazas, para meditar sobre las mejoras precisas para alcanzar las metas y objetivos propuestos, además de pensar y reflexionar sobre los objetivos de esta.

Elementos de un plan estratégico

Para que un plan estratégico empresarial sea efectivo, debe constar de una serie de elementos y pasos que detallamos a continuación:

  • Presentación

Para poder diseñar una estrategia adecuada a los objetivos y metas que la empresa quiere alcanzar, lo primero será definir dónde se encuentra y a dónde quiere llegar. El primer paso es definir dónde estamos y dónde queremos llegar realmente.

  • Definir la misión, visión y los valores corporativos

Los valores corporativos no cambian en el tiempo, pero la misión y la visión sí pueden variar. Por tanto, definir estos tres conceptos es esencial

  1. A través de la misión conoceremos la razón de ser, el motivo por el que la empresa existe.
  2. La visión define, sin embargo, hacia dónde quiere ir, a dónde quiere llegar, es decir, qué metas quiere lograr, todo ello en un plazo concreto de tiempo. El plan estratégico debe definir los objetivos a alcanzar y el modo de conseguirlos.
  3. Los valores reflejan los principios en los que se sustenta la empresa, son la base de su existencia y, por tanto, perennes en el tiempo.

Se deben identificar los retos o propósitos más importantes a alcanzar y las posibles soluciones.

  • Análisis de empresa y el entorno

Previamente, se precisa realizar un análisis interno de la empresa para detectar los aspectos positivos y negativos de la empresa, planificando así qué mejoras son precisas implementar. Se deberán analizar los recursos con los que cuenta la empresa: personas trabajadoras, infraestructuras, procesos, etc. y los que necesita para alcanzar los objetivos, definiendo la manera de emplear los recursos mediante la estrategia o políticas internas.

Con la información de la situación de la empresa, se pueden tomar las decisiones correspondientes en los cambios organizativos o exigencias necesarias para alcanzar los objetivos.

Pero también es necesario realizar un estudio del entorno que nos permita conocer el mercado. Para ello será preciso analizar el entorno social, tecnológico, político, económico, ambiental y legal, lo que permitirá tener una visión global y actualizada, determinando así como el resultado puede afectar a la situación de la propia empresa. Debe incluir un análisis de la competencia y del valor diferencial de la empresa para destacar en el mercado.

  • Líneas estratégicas

En este apartado, la empresa deberá establecer que líneas estratégicas va a implementar si quiere alcanzar los objetivos detallados con anterioridad. Conocer sus fortalezas, pero también los puntos débiles a mejorar, por lo que, con toda esta información, deberá definir una estrategia final, teniendo en cuenta los cuatro temas esenciales: económico, procesos, clientes y personas.

Las estrategias pueden ser de distintos tipos: ofensivas, consiste en generar rendimientos mayores gracias al potencial; defensivas: consiste en reducir los riesgos que generan las vulnerabilidades; de reorientación: corregir las debilidades gracias a las oportunidades; o de supervivencia: fortalecer las debilidades para sobrevivir a las amenazas.

  • Plan de actuación

No es suficiente con tener los objetivos, los procesos, las metas y a los responsables ideales. Cada objetivo debe contar con un programa de acción que de vida a la estrategia definida previamente y, a la par, contar con un presupuesto asignado para el mismo.

Por tanto, previo a todo ello, se priorizará aquellos programas o planes de acción que tengan un mayor impacto, con el menor costo.

  • Evaluación

En este último apartado, es preciso evaluar el resultado de los planes de acción puestos en marcha en nuestro plan estratégico, por lo que deberemos analizar si se desarrolla según lo previsto, los plazos de tiempo, y si tiene éxito en la consecución de los logros marcados.

Es decir, deberemos evaluar el qué, el cómo y el cuándo, además de tener en cuenta los posibles cambios en relación con las necesidades de los clientes y del mercado. La evaluación del seguimiento se debe fijar de manera sistemática y medible.