Una de las metas principales de una empresa es ofrecer los mejores productos a la mejor relación calidad-precio, y con los mejores resultados. Pero esto no es posible sin recurrir a la mejora continua.
Hablando de «mejora continua», ¿a qué nos estamos refiriendo?
Qué es la mejora continua y cómo beneficia a las empresas
La mejora continua es un conjunto de acciones encaminadas a la obtención de la mejor calidad de los productos, servicios y procesos de la empresa, optimizando sus procesos de fabricación internos, reduciendo costes y tiempo, y ofreciendo la máxima satisfacción posible a sus clientes.
Importante: La mejora continua se basa en la observación y el análisis continuos de los procesos con el fin de identificar posibles errores.
Como resultado, es beneficioso para la empresa, desde muchos ámbitos:
Por un lado, es un método motivador, por lo que los equipos rinden más, reducen costos y tiempo, evitan errores en los procesos y se impulsan acciones que mejoran la cadena de trabajo. Y todo ello porque los trabajadores sienten que sus opiniones son tenidas en valor por sus superiores.
Por otro lado, los beneficios directos para la empresa son múltiples, logrando que esta sea más eficiente, competitiva e innovadora, y se sitúe a la vanguardia en servicio y calidad.
Es decir, su importancia se puede concretar en:
- Optimización de los procesos y convertirlo en más eficientes
- Abaratamiento de los costes de producción
- Mejor producto final, por tanto, mayor satisfacción del cliente
- Aumento de ventas y mayores ingresos (mejores resultados económicos)
- Mejor servicio al cliente, solucionando mejor sus problemas y superando sus expectativas
Como ejemplo: a las empresas les interesa conocer la opinión de los consumidores tras la adquisición de su producto o servicio, midiendo así la satisfacción de estos. Para ello, es habitual enviar a los consumidores encuestas de satisfacción en las que se realiza una calificación de la atención recibida, con la finalidad de mejorar la experiencia del cliente. Esto permite, a posteriori, introducir elementos de mejora (técnicas, herramientas…) en aquellos empleados y empleadas que trabajan en contacto directo con el cliente.
Una vez visto qué es y los beneficios que aporta, pasaremos a comentar los requisitos para promover esta metodología en la empresa.
Condiciones y pasos precisos para promover la mejora continua
Para implementar un plan de mejora continua, son precisas una serie de condiciones básicas que enumeramos a continuación:
- Obtener resultados medibles
- Contar con el apoyo de la dirección
- Definir muy bien la función y responsabilidad de cada miembro del equipo
- Incentivar la retroalimentación en el equipo y la empresa
- Contar con recursos tecnológicos y herramientas adecuados
- Promover la cultura de la transparencia
No obstante, además de las condiciones básicas enumeradas hasta ahora, también es preciso seguir una serie de pasos, si queremos impulsar el plan de mejora de nuestra empresa. Estos pasos son:
- Establecer unos objetivos
- Definir los tiempos concretos para cada objetivo
- Desarrollar un proceso de investigación, estudio y capacitación
- Comparación del proceso con otros similares para perfeccionar su funcionamiento
- Simplificar los procesos de mejor continua
- Involucrar a cada equipo en el proceso creativo
- Evaluar con periodicidad el plan de mejora, analizando los resultados durante el periodo de tiempo previamente definido
Errores en el proceso de mejora continua que se suelen cometer
En ocasiones, esta metodología de gestión no llega a buen puerto debido a que se suelen cometer errores, y los más comunes son:
- No entender los procesos automatizados: la mejora continua no es un método para solucionar un problema en concreto
- No dar el apoyo suficiente a la implantación: se debe aplicar en las diferentes fases de producción
- Tener demasiadas expectativas: No debes tener expectativas demasiado grandes a corto plazo, sus resultados se irán viendo de manera continuada y a largo plazo
En resumen, la mejora continua es una metodología ideal a la hora de optimizar el funcionamiento de la empresa. Bien ejecutados los procesos, puede ser esencial para mejorar la rentabilidad de esta, así como la percepción que sus clientes tienen de ella.
Además, identifica los procesos, establece indicadores de gestión y analiza sus resultados. Involucrando en ello a todos los integrantes de los equipos, de la empresa, lo que impulsa una mayor unidad y cultura empresarial.
No olvidar, que es una metodología que exige un análisis, planteamientos y ejecución constantes, repitiendo todos los pasos una y otra vez.
Por ello, la mejora continua exige un análisis periódico de los procesos de gestión de la empresa, de forma que previamente es necesario definir una serie de indicadores que sean medibles y que permitan realizar correcciones si no se obtienen los resultados deseados.
