Hay muchas formas de entender la felicidad. Pero teniendo en cuenta que pasamos gran parte del tiempo en un espacio laboral, hablar de felicidad en el trabajo no es nada descabellado y puede ser determinante en las personas en todos los aspectos de su vida.
Cuando hablamos de la felicidad de las personas, es necesario que exista un equilibrio en las distintas parcelas de la vida, ajustado a las necesidades de cada individuo, de acuerdo con las expectativas, inquietudes y circunstancias de cada uno.
El desarrollo profesional es una de las áreas más importantes de la vida de una persona, determinante para la felicidad, puesto que además de ser el medio por el que se consigue la fuente de ingresos para poder construir una vida, dedicamos gran parte de nuestro tiempo poniendo el foco en el trabajo, teniendo en cuenta no sólo el tiempo que nos ocupa una determinada jornada laboral, sino todas aquellas actividades complementarias que realizamos para mejorar nuestra posición en el mercado laboral, ya sean previas a la consecución de un empleo o simultáneas al mismo. El ejemplo más evidente de esta inversión de tiempo en el empleo, está compuesta por toda la formación que realiza una persona con el objetivo de construir un determinado perfil profesional.
Sin embargo, la felicidad tanto en el ámbito profesional como personal, no es un elemento estático y puntual que se consiga como meta y sea posible mantener a lo largo del tiempo, debido a que las personas estamos en un proceso de cambio y evolución continua, por lo que es necesario que en la vida de cada persona exista una evolución y trabajo continuo hacia aquello que nos hace estar felices.
Ahora bien, dirigir nuestra vida hacia aquello que nos hace felices es una tarea compleja que requiere un compromiso con uno mismo, ya que en ocasiones es más sencillo seguir la corriente a ciertos estándares sociales que marcan determinados comportamientos y objetivos, incluyendo los que se refieren a una determinada posición laboral, que aquellos que nos puedan hacer sentir un mayor enriquecimiento personal y profesional y aportar más felicidad a nuestra vida.
Cómo conseguir la felicidad en el trabajo. Las claves
Tiene sentido buscar la felicidad laboral como empleado y desde el punto de vista de la compañía. Las personas tienden a querer sentirse plenas y una de las recetas está basada en la satisfacción, algo fundamental para conseguir la felicidad en el trabajo, lo que repercute en el éxito empresarial.
Por todo ello debemos tener en cuenta algunas claves para conseguir ese objetivo:
- Es necesario para una persona que trabaja saber que lo que está haciendo es importante y sus repercusiones positivas en la entidad.
Para sentirse realizado con las aportaciones de cada persona trabajadora en la cadena de producción y organización de una empresa, es necesario conocer el círculo completo del producto o servicio.
Con independencia de las distintas áreas en que se pueda desarrollar el puesto de trabajo, todas las áreas y personas son necesarias para conseguir sacar el producto al mercado y venderlo al cliente. Cuanto mayor conocimiento se tenga de la aportación que realiza cada puesto de trabajo en la cadena de productos o servicios, mayor satisfacción profesional se puede alcanzar al sentirse partícipe de los resultados.
- Saber que se puede mejorar lleva al optimismo. Conseguir una planificación adecuada a nivel laboral ayuda a la consecución de los objetivos a nivel personal y laboral.
- Es preciso evitar a las personas tóxicas. Esencial estar rodeado de gente positiva que favorece el transcurso de la jornada laboral.
- No hay que sobrecargarse de trabajo. Un exceso puede ser totalmente contraproducente e incluso llevar a ser menos productivo.
Una de las claves fundamentales de la felicidad en el trabajo es que te apasione lo que haces, por tanto, resulta un elemento que depende únicamente de la persona trabajadora, te tiene que gustar y disfrutar con el desempeño de tus funciones, queriendo mejorar cada día.
Por parte de las empresas, para conseguir la felicidad del empleado, tienen que ofrecer unas condiciones laborales que permitan desempeñar los puestos de trabajo, facilitando los medios necesarios y ofreciendo unas condiciones laborales que sean equilibradas al esfuerzo, responsabilidad, implicación y dedicación de cada persona trabajadora.
¿Qué estamos haciendo cada uno de nosotros para alcanzar la felicidad?
Alcanzar la felicidad o ser feliz no es una meta, sino una actitud que hay que desarrollar a lo largo de la vida.
A nivel personal existen ciertas formas de actuar que ayudan a alcanzar ese logro:
- Quedarse con el lado bueno de las cosas.
- Ser amable.
- Fomentar y cuidar las relaciones sociales.
- Perdonar siempre que sea preciso.
- Hacer ejercicio y otras actividades que sientan bien.
- Afrontar los problemas. No tratar de esquivarlos; más bien proponerse objetivos que hay que alcanzar.
Todo esto se puede considerar como un planteamiento personal, pero que puede extrapolarse al mundo laboral.
Para estar felices con nuestro trabajo, nos debe permitir desarrollar nuestra vida, o dicho de otro modo, el trabajo debe ser un medio para vivir, no un fin en la vida.
Dentro del área personal, podemos realizar multitud de acciones que nos proporcionen felicidad, no obstante, debemos dar mucha más importancia a aquellas actividades que tenemos incorporadas en la rutina diaria de nuestra vida, que las que hacemos de manera ocasional. Dentro de las actividades rutinarias, todas aquellas que tienen que ver con los hábitos del cuidado de la salud, como la alimentación o el deporte, repercute en nuestra felicidad física y emocional. Otro de los aspectos de la vida privada que nos proporciona mayor felicidad, es tener una red social de amigos y familiares con los que socializar y conectar emocionalmente, las personas necesitamos vivir en sociedad y los momentos más felices de nuestra vida están vinculados a las personas que son más importantes para nosotros: pareja, hijos, amigos o familia.
Es necesario que las empresas tengan en cuenta el contexto global de cada persona, de acuerdo con sus cargas familiares, necesidades, miedos, carga financiera, etc. y ofrecer la oportunidad de manifestar cómo se sienten.
La teoría PERMA de Seligman: Emoción positiva, Compromiso, relaciones, significado y logro
Las personas buscan desarrollar las capacidades que de por sí tienen. Amor, creatividad, integridad, sabiduría, resiliencia, curiosidad, trabajo son algunas de las cualidades de las que el común de los humanos estamos dotados para que vayamos construyendo un futuro a través de ellas que nos proporcione una vida plena.
En este sentido la Teoría del bienestar PERMA elaborada por el Dr. Seligman ofrece un intento de responder a las principales preguntas que nos hacemos en ese intento de llegar a la actitud que debemos mantener para conseguir la felicidad.
Se trata de cinco puntos a partir de los cuales se construye esa vida más satisfactoria:
- Emoción positiva: Que es transversal hacia el pasado, presente y futuro. Hay personas que no tienen mucha experiencia a la hora de cultivar las emociones positivas; para estos casos existen otras rutas que conducen al bienestar.
- Compromiso: Las personas desarrollan su actividad en la que encuentran la recompensa, desplegando todas sus habilidades plenamente; no se trata de preguntar por lo que se obtiene, más bien es un flujo que se va retroalimentando hasta la consecución de un objetivo.
- Relaciones: Gracias a ellas se amplifica la sensación de bienestar. Conectar con otras personas da sentido a la vida y es una forma de sentirse bien. El desarrollo de sólidas relaciones es necesario para vivir en sociedad y está en nuestro ser, debido a una serie de propiedades que tenemos como son el amor, empatía, cooperación, bondad, etc.
- Significado: La pertenencia a grupos más grandes como la familia, organizaciones, comunidad… dan parte del significado a la existencia.
- Logro: Conseguir dominar competencias como el trabajo, deportes y otros que no conducen necesariamente a una emoción positiva.
Estos puntos contribuyen al bienestar persiguiéndolos por sí mismos, sin que sean medios para llegar a otro fin.
Los beneficios de la felicidad
Las personas que consiguen un alto bienestar consiguen beneficios que van más allá de ellos mismos:
- Funcionan mejor en su trabajo.
- Tienen relaciones que son más satisfactorias.
- Poseen mejor salud tanto física como mental.
- No padecen insomnio.
- Su autocontrol se desarrolla más.
- Viven más tiempo.
- Son menos proclives a trastornos cardiovasculares.
- Son personas proactivas.
- Su sistema inmune está más fortalecido.
Por otro lado, ser una persona optimista también es un componente que influye en muchos aspectos:
- Las posibilidades de desarrollar depresiones o ataques de ansiedad disminuyen.
- El desempeño de tareas tanto a nivel escolar como laboral es mucho más elevado.
- La salud física es mejor, con menos problemas coronarios, menor mortalidad y recuperación más rápida de cualquier enfermedad o cirugía.
La felicidad transmite seguridad en uno mismo y en la forma de relacionarse con los demás, una persona feliz y positiva en el ámbito laboral ofrece facilidad en la comunicación con el entorno.
Las empresas deben preocuparse por la felicidad de la plantilla, ya que el bienestar de los empleados aumenta la satisfacción y retención de clientes, disminuye la rotación de la plantilla y aumenta la cuenta de resultados de la empresa.
Debido a la complejidad actual del entorno económico, social y laboral, caracterizado por la incertidumbre, es necesario que las empresas realicen con mayor frecuencia una valoración del estado de sus empleados, por medio de las encuestas de factores psicosociales que realizan los servicios de prevención o cualquier otra encuesta de clima laboral.
Es importante que las encuestas que se realicen a los empleados sirvan para construir una mejor realidad, se tengan en cuenta sus opiniones y se produzcan cambios derivados de los resultados de la información.
Implicaciones para las políticas públicas
Los gobiernos deben tener en cuenta el bienestar de las personas porque implica tomar determinadas decisiones políticas.
Muchos países basan los datos en el crecimiento del PIB, pero el crecimiento económico no refleja si una nación y su población ha alcanzado un estado de bienestar.
Cuando las sociedades avanzan cada vez lo material es menos trascendente y se da más importancia a otros aspectos como las relaciones sociales. Los indicadores económicos no miden las relaciones sociales ni su calidad, lo que supone un agujero importante a la hora de medir la felicidad de las personas.
Y esto conduce a no tener una idea exacta de los trastornos psicológicos que, entre otras cosas, producen un sufrimiento generalizado, con la consiguiente pérdida del estado de bienestar y de la productividad.
El impacto que ha tenido la pandemia mundial de Covid-19 ha elevado la importancia del bienestar de las personas dentro de las organizaciones. Los principales riesgos, como son la ansiedad, el agotamiento, el estrés, son problemas que se han tenido que afrontar a nivel estratégico para abordar la salud de las plantillas, mediante la realización de acciones que refuercen la resiliencia a nivel laboral para garantizar la salud de las personas trabajadoras.
Por todo lo que hemos señalado habría que establecer medidas multidisciplinares en las naciones que no solo incluyesen el factor económico de cara a representar de forma precisa cómo están las cosas y reformar las políticas establecidas allá donde sea necesario.
