En este artículo veremos qué es el alineamiento estratégico, los obstáculos y retos del departamento de RR. HH., las ventajas de contar con un plan estratégico y las etapas precisas para que podamos desarrollar un buen plan.
Primero comencemos por conocer qué significa alineamiento estratégico, así como «sinergia horizontal y vertical».
Todas las empresas están obligadas a realizar continuos procesos de actualización de su actividad, ya que el mercado es cambiante y se generan nuevas necesidades.
Cuando nos referimos a un plan estratégico, se tiene en cuenta que se realiza una visión a largo plazo para mejorar la proyección de la empresa. Así, se van a tomar decisiones sobre cómo se prevé la actividad en el futuro, lo que no deja de ser una premisa formulada de conformidad con unos valores y datos actuales y que dependen de la evolución de los mercados o la sociedad, por lo que cuenta con cierto margen de error, ya que en ocasiones pueden surgir imprevistos que no se han contemplado, como ha ocurrido con la pandemia mundial, que provocan la necesidad de cambiar la estrategia.
Cuando se habla de plan estratégico no se refiere exclusivamente a un crecimiento de la productividad, sino que conlleva un proceso de transformación que va a suponer cambios profundos en las empresa.
Todo cambio productivo y de organización influye directamente sobre la plantilla de la empresa, ya sea por la necesidad de contratar nuevos profesionales, introducir herramientas o maquinaria que cubran puestos de trabajo, adaptarse a las nuevas TIC o que simplemente interese fomentar cierto perfil profesional como imagen de marca.
Alineamiento estratégico. Sinergia horizontal y vertical
¿Qué significa «el alineamiento estratégico»? Es el propósito de lograr que los diferentes niveles jerárquicos, los procesos que se realicen, la estructura organizacional y la tecnología se focalicen de forma sistemática en el cumplimiento de lo mismo: visión, misión, valores, objetivos y estrategias de la empresa.
Esto no es un proceso finito, al contrario, es un viaje permanente que deberemos revisar cíclicamente a fin de articular con las aspiraciones y retos de la empresa, en cada momento, y así generar valor.
Y, cuando hablamos de sinergia horizontal y vertical, ¿a qué nos estamos refiriendo? Nos referimos a que nuestros colaboradores sincronicen las actividades a lo largo de la cadena de valor (horizontal) con el despliegue de los objetivos corporativos en los diferentes niveles jerárquicos (vertical). Es decir, lograr una alineación integral (ir juntos en la misma dirección) y así trabajar de forma coordinada hacia la consecución de los planes comunes, concretos y medibles de la empresa.
El plan estratégico, entendido como proceso, exige normalmente cierta inversión y esfuerzo, de manera que los resultados positivos que se quieren obtener no se pueden materializar desde el primer momento.
Visto lo cual, no te pierdas a continuación cuáles serán los obstáculos y retos a los que deberá enfrentarse el departamento de recursos humanos.
Retos para el departamento de RR. HH.
En el planteamiento y estrategia deberán estar todos involucrados, es decir, todas las áreas claves de la empresa: altos mando o ejecutivos, responsables y colaboradores.
Es esencial la comunicación con la plantilla para que exista la necesaria implicación hacia la consecución de los objetivos, entendiendo que pueden existir datos confidenciales que no se pueden trasladar, pero sí se deben explicar aquellos cambios que son evidentes, los motivos y el proceso. De lo contrario, si se implantan grandes cambios sin una comunicación previa, se generará desconfianza y dificultades añadidas.
Y todo ello, como es obvio, va a suponer el tener que enfrentarse a obstáculos y retos (durante la organización y su ejecución) como:
• La resistencia al cambio, la cual puede generar en las personas inseguridad y ansiedad.
• La oposición directa a las políticas y a los objetivos planteados.
• Observar el futuro con incertidumbre
• No delimitar bien claro cuáles son las responsabilidades de todos los que están involucrados en nuestro plan estratégico.
Pero esto no es un trabajo solitario, el departamento de RR. HH. deberá trabajar juntamente con la gerencia a la hora de crear y ejecutar el plan estratégico. Este trabajo conjunto se puede llevar a cabo desde tres formas:
• Las amenazas y oportunidades externas, donde recursos humanos puede informar acerca de los planes previstos de remuneración, estrategias para un mejor posicionamiento…, además de aportar información sobre cuestiones legales, laborales, seguros, planes de salud, etc., y así la gerencia puede determinar qué imitar e incorporar adaptado a nuestra empresa.
• Fuerzas y debilidades internas, un campo donde ambos deben unir fuerzas para capacitar a los empleados de cara a esos planes de empresa que se quieren ejecutar, evitando así la frustración del trabajador al no lograr la viabilidad de su cometido.
• Ejecución del plan estratégico, en este punto el departamento puede aportar gran valor, por ejemplo, al ofrecer sugerencias si existen políticas en reducción de plantilla, pagos e incentivos por desempeño laboral, planes de sucesión, capacitación a los empleados… etcétera.
Además de ver los obstáculos o retos a los que se puede enfrentar recursos humanos, en el siguiente punto nos vamos a detener en las ventajas que sí le aporta a una empresa su plan estratégico.
Ventajas de tener un plan estratégico
Después de ver los retos vamos a enfocarnos en las ventajas para nuestra empresa.
Como hemos visto, contar con un plan estratégico consolidado proporciona tranquilidad y ventajas, como son:
• Se convierte en una fuente de soluciones porque ofrece respuestas a las dudas
• Transforma ideas en hechos porque da realismo al proyecto
• Es un plan estratégico acorde a las necesidades de la empresa, lo que potencia el rendimiento
• Refuerza la imagen de marca de la empresa
• Permite definir un futuro más esperanzador porque previene contra las amenazas y consolida el proyecto a futuro.
• Aumenta la productividad de la empresa porque en lugar de ser un gasto reporta beneficios
• Obtienes resultados tangibles porque puedes medir y cuantificar tus logros de una manera objetiva
Por tanto, a pesar de las variables que pueden hacer que los planes estratégicos deban ser revisados periódicamente, una empresa que cuente con el mismo, será mucho más previsora, evitando sorpresas, adelantándose a los acontecimientos y generando de esta forma mayor confianza en el mercado.
Todos estos valores, como son la confianza, seguridad, se trasladan a la plantilla cuando el plan estratégico está bien construido.
Dicho esto, si has pensado o están pensando en un plan estratégico, continúa leyendo porque en el siguiente apartado te contaremos cómo desarrollar un buen plan.
Las etapas para el desarrollo de un plan estratégico
Para desarrollar nuestro propio plan estratégico deberemos, antes que nada, conocer a nuestra empresa, sus necesidades específicas.
Veamos en este último apartado cuáles son las 5 etapas en el desarrollo de nuestro plan estratégico:
1. Análisis interno. Para conocer mucho mejor las necesidades internas de nuestra empresa debemos preguntarnos cuestiones cómo
a) ¿A quién dirigimos nuestro mensaje?
b) ¿Quién es nuestra empresa?
c) ¿Qué imagen tiene tu empresa? ¿Qué imagen quieres que tenga?
d) ¿A qué retos o problemas queremos hacer frente? Y, ¿ cuál es su dimensión? Son problemas importantes, nimios…
e) Diagnóstico previo de la empresa, en el que incluiremos el análisis financiero, la estructura, el organigrama, los bienes y recursos disponibles, estado de la página web, estado de las redes sociales… etc.
El análisis interno incluye todos los medios de que dispone la empresa, las características de los recursos, teniendo en cuenta todas sus áreas: producción, económica- financiero, recursos humanos, tecnología, etc. para conocer detalladamente el punto de partida para diseñar el plan estratégico.
2. Análisis externo. Aquí debes tener en cuenta en qué posición se encuentra tu empresa dentro de su entorno. Respondiendo también a una serie de cuestiones como:
a) La descripción del contexto
b) Análisis DAFO
c) Recolección y evaluación de información
d) Formulación de estrategias
En el análisis estratégico externo se deben tener en cuenta un conjunto de dimensiones y variables que pueden operar para el desarrollo de la actividad de la empresa, por lo que el conocimiento del entorno y su diagnóstico facilitará la toma de decisiones que determinan las estrategias y acciones a desarrollar en el seno de la empresa.
Para ello, habrá que tener en cuenta el entorno general, analizando la situación política: estabilidad, bienestar social, mercado laboral, impuestos o aranceles, etc.; la situación económica: ciclo económico, comportamiento del PIB, tasa de inflación, tipos de interés, etc.; la dimensión ecológica y medioambiental: sostenibilidad, impacto en el entorno; la situación sociocultural: comportamientos del consumidor, nivel educativo, demografía, etc; la dimensión tecnológica: desarrollo de las TIC, uso de Internet, RRSS, etc. y la dimensión legal: regulación de la actividad y materias transversales: protección de datos, fiscalidad, etc.
3. ¿Qué quieres conseguir? Esta es la parte en la que ya, después de conocer nuestra empresa, vamos trazando los objetivos a lograr, siempre reales, viables y medibles. Para ello también debemos responder algunos puntos importantes:
a) Definir los objetivos y establecer los plazos
b) Plan de actuación para ejecutar dichos objetivos
c) Análisis de la competencia
d) Detectar oportunidades de mercado
e) Qué valores se espera transmitir como empresa o negocio
Debemos destacar la importancia del análisis de la competencia, estudiando detenidamente su comportamiento, incluyendo todas aquellas empresas que ofrecen productos o servicios similares, que pueden ser sustitutivos entre sí, de manera directa, indirecta o futura, es decir, los competidores potenciales.
4. ¿Está funcionando nuestro plan estratégico? En este punto, funcionando ya el plan estratégico, comenzaremos a medir resultados. Según los mismos confirmaremos las expectativas o pondremos en marcha nuevas estrategias.
5. ¿Qué me deparará el futuro? Si tienes un buen plan estratégico y lo estás ejecutando, siguiendo casa paso, lo afrontarás con esperanza y tranquilidad. El departamento de recursos humanos nunca debe bajar la guardia, de esta forma la empresa siempre tendrá la capacidad de prevenir riesgos.
Podemos nombrar como ejemplo en los planes estratégicos de muchas empresas, el cambio de concepción en los sistemas de producción alineados con la sostenibilidad. Derivado de la creciente sensibilidad por la conservación de los recursos naturales, cada vez más las empresas introducen en sus planes estratégicos algunas líneas de compromiso con los ODS y la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, que repercute no sólo en los correspondientes cambios productivos y en consecuencia los beneficios para el medioambiente o la sociedad, sino en la imagen y cultura de la empresa.
Concretamente, en el ámbito de los RRHH, el planteamiento estratégico puede apoyarse a algunos de los siguientes Objetivos de Desarrollo Sostenible, eligiendo las metas concretas y estableciendo las acciones a desarrollar, por ejemplo: el ODS 5, Igualdad de Género, o el ODS 8: Trabajo decente y crecimiento económico.
En definitiva, el plan estratégico se realiza para conseguir una ventaja competitiva y una posición destacada en el mercado.