Os comparto mi experiencia viajando sola con mi silla de ruedas. Fue el año pasado a Canarias. Mi amiga llegó una días antes y me esperaba en el hotel.
Viajar en avión es posible
Aunque a mucha gente no le guste viajar sola o se le haga un mundo y vea complicado el “moverse” solo, nada que ver con la realidad. Una vez que rompes la barrera del primer viaje, compruebas que es todo mucho más sencillo de lo que parece, eso sí, todo viaje requiere una buena organización.
Hay que partir de la base de organizar bien el viaje, tener en cuenta los vuelos que tienen escalas y los que van directo. Preferiblemente, es mejor viajar sin escalas.
Si viajas con tu propia silla, es muy importante solicitar la asistencia, para que una vez ya ubicado/a en tu asiento, te retiren la silla a la bodega del avión. Al aterrizar, el personal de la asistencia te vuelve a traer tu silla. En algunas compañías aéreas, son más eficaces que en otras, y cuando sales del avión ya tienen tu silla lista para pasarte de la silla manual que te prestan a la tuya. En otras compañías, tardan un poco más y tienes que esperar a que la bajen con el resto del equipaje.
Organización para viajar
Una costumbre que he adquirido con mi experiencia viajera, es previamente al viaje, consultar los taxis adaptados de la zona. También me gusta buscar con antelación los sitios turísticos y de ocio accesibles de la ciudad. Basta con consultar en google, blogs o cualquier herramienta disponible en la red.
Yo soy mucho de apuntar todo. Me gusta hacer una lista de lo que necesito para el viaje y evitar que se me olvide echar algo en la maleta esencial, tanto cosas personales, como necesarias y “los por si acaso” que en muchas ocasiones ¡vienen genial!.
En esta ocasión, viajé con una maleta de mano con ruedas y aproveché el respaldo de mi silla para colgar una mochila y poder guardar el cargador de la batería, para poder hacer kilómetros sin límites.
Os recomiendo viajar con el equipaje necesario, procuran dejar un pequeño hueco, ya que a la vuelta, la maleta siempre engorda o porque la hacemos con menos esmero y no colocamos todo tan perfecto como en la ida, y luego resulta misión imposible cerrarla cremallera… En resumen: una maleta con lo justo y necesario, que no parezca que nos han echado de casa.
Con el viaje bien organizado y maleta bien cerrada, listos para viajar. Sin olvidar lo primordial que necesita: GANAS. El resto de barreras, si no se pueden saltar, se rodean.
¡Os animo a viajar y descubrir los rincones mágicos que esconde nuestro planeta!
Carmen Barahona.