La discapacidad ya no es sinónimo de desempleo. Cada vez son más las personas con discapacidad que acceden al mercado laboral, y que lo hacen formándose. De esta realidad emergen nuevos proyectos que vehiculan la inserción laboral de personas con discapacidad a través de la formación. Con este espíritu nació el proyecto Peruintegra II, fundado en 2017 por Estudio y la Reflexión Ética (FUNDERÉTICA) y las Fundaciones Emplea, UNED, Integralia DKV y Fundades,
Peruintegra II nació con el objetivo de mejorar la empleabilidad de las personas con discapacidad a través de la formación y en el sector del Contact Center. Así es como este último año, hasta 55 personas con discapacidad consiguieron un empleo estable a través de las formaciones del proyecto. En total ya se han realizado seis ciclos de los que se han beneficiado un total de 97 alumnos. El riesgo de exclusión social de estos alumnos es doble: por un lado se enfrentan a las barreras impuestas por su discapacidad, y por otro, tienen un nivel socioeconómico y formativo bajo, ambos factores discriminantes para acceder al mercado laboral.
La mayor parte de los ciclos formativos se han desarrollado en la localidad de Comas, -al norte de Lima- con programas de 200 horas lectivas y donde se imparten competencias en la atención telefónica de excelencia. El círculo lo cierra las empresas colaboradoras: Grupo Konecta, Grupo Credicorp, Cencosud, IBT Group y KYP Bioingeniería, que ofrecen oportunidades laborales a las personas con discapacidad que terminan las formaciones. Unas formaciones que también incluyen las llamadas habilidades blandas como mejora de la autoestima, motivación, empatía, comunicación asertiva…
La Agencia Española de Cooperación al Desarrollo (AECID) es el gran mecenas del proyecto, cuyo compromiso con la inserción laboral de personas con discapacidad le ha llevado a depositar su confianza en Peruintegra II, contribuyendo a financiar los programas formativos. Este apoyo repercute en la persona con discapacidad. Mejorar su situación laboral es sinónimo de mejorar su independencia económica y, por lo tanto, su calidad de vida.
El proyecto también ofrece cursos a preparadores laborales. El objetivo es que adquieran las competencias necesarias para conocer más de cerca la realidad de las personas con discapacidad. De este modo, obtienen herramientas que les ayudan a facilitar su inserción. Sin ir más lejos, se ha realizado un curso para 18 formadores el pasado mes de mayo. Este curso -de 200 horas- trataba temas como los derechos de las personas con discapacidad, el contacto con el mercado en la búsqueda de empleo, la instrucción y el apoyo en el puesto de trabajo, etc…
Pero el proyecto no se queda ahí. Ha ido un paso más allá consiguiendo crear un Contact Center propio para dar un servicio de citas médicas. En la actualidad, este centro de llamadas está en período de pruebas pero representa el potencial de las personas con discapacidad cuando se les da una oportunidad laboral. Los logros en la inserción de proyectos como Peruintegra II demuestra que las personas con discapacidad no tienen por qué ser sinónimo de desempleo.