Hace unos días contábamos la historia de nuestro compañero de Integralia en Barcelona, Julius Pallo, víctima de la guerra civil de Sierra Leona en los años 90. Precisamente unos días después de esa publicación recibimos la visita de Ousman Umar en Madrid: tiene una historia extraordinaria y con muchas cosas en común, por ejemplo, que también comienza en un país de África.
Ousman nació en un pequeño pueblo de Ghana hace 30 años. A los 13 decidió abandonar su pequeño pueblo natal para embarcarse en una travesía que finalizaría cuatro años después en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Fuerteventura. Fueron 4 años de lidiar con traficantes de personas, de atravesar el desierto del Sáhara y estar prácticamente 19 días sin beber agua y viendo los cuerpos sin vida de aquellos que como él intentaron cruzar a Europa, de enfrentarse a una patera, y al mar, y a un viaje que iniciaron hasta más de 40 personas pero que solo finalizaron seis porque todos los demás murieron.
Ousman llegó a Barcelona el 24 de febrero de 2005. Allí le esperaba una familia de acogida que se ocupó de él en los momentos más duros. Tenía entonces 17 años y apenas hablaba palabra de castellano. Durante estos 13 años Ousman aprendió castellano y catalán, informática, hizo el Bachiller y la Selectividad, empezó la carrera de Química –dos años, estudió un Grado en Comunicación y Marketing, un Máster en Dirección y Gestión de Organizaciones no Gubernamentales de ESADE, escribió un libro llamado «Viaje al País de los Blancos» narrando su historia y sobre todo, impulsó su gran proyecto, la ONG Nasco ICT.
Ousman fundó en 2012 esta ONG con el objetivo de acercar la informática a los estudiantes ghaneses. En el mismo año 2012 Ousmane volvió a su pueblo y se percató de que en las aultas faltaban ordenadores. Considera que serían una gran herramienta para acceder a toda la información que necesitan. La organización tutela a 5.850 alumnos a través de las tres aulas de informática que gestiona al norte de Ghana. En una entrevista concedida a El País, Ousman reconocía que “comprar el material no es sostenible. En Occidente hay un exceso de equipación y esos equipos allí (en Ghana) todavía podrían ser útiles”.
El modo de realizar esto es con el compromiso de las empresas que colaboran con la ONG, donando ordenadores y sufragando el coste de su traslado hasta Ghana, pero además deben garantizar cinco ordenadores más al año para reponer los donados y becas a los tres mejores estudiantes para facilitarles su acceso a la universidad.
Hasta el momento Nasco ICT ha logrado implantar una biblioteca a la que acceden más de 2.200 alumnos, 4 escuelas para formar a más de 1.300 alumnos y un centro de informática en un instituto, que disfrutan hasta 2.000 alumnos.
La Fundación Integralia, en su compromiso continuo a los colectivos vulnerables, apoya a Ousman Umar, un hombre extraordinario con una historia extraordinaria que, como dice él, ojalá nunca más haya que contar.