El cumplimiento de los derechos de las personas con discapacidad es un tema que nos interesa más allá de nuestras propias fronteras. Buena muestra de ello son los proyectos de Cooperación al Desarrollo que desde hace años tenemos en países como la India, Perú y Colombia. Hemos tenido el privilegio de conocer la realidad de las personas con discapacidad en Marruecos de la mano del Casal dels Infants, aprovechando la visita que la entidad realizó en nuestras instalaciones.
El Casal dels Infants es una asociación con gran reconocimiento que trabaja con jóvenes en situación de vulnerabilidad en varios barrios de Barcelona (como El Raval o La Mina) de Santa Coloma de Gramanet y Badalona. Fundada en 1983 por un grupo de vecinos del Raval, hasta el día de hoy ha conseguido acompañar hasta 40.000 niños y jóvenes a “desarrollar sus propias capacidades y tirar adelante”.
Casal dels Infants – Acción Social en los barrios – centra parte de su trabajo en infancia, jóvenes de entornos vulnerables y mujeres, con especial atención a población magrebí de origen marroquí. Fue con el ánimo de conocer la realidad de estos jóvenes en su lugar de origen cómo la entidad comenzó a operar en el país en 2009, hace nueve años. Solo en 2017 han conseguido acompañar a 1.200 personas en procesos de inserción laboral, de las cuales han conseguido un empleo 566. Además, al igual que la Fundación Integralia, forman parte del programa “Incorpora” de la “Obra Social la Caixa”. Trabaja con 12 entidades sociales que forman parte de esta red y cuentan con presencia en Tánger y Casablanca.
Tuvimos la oportunidad de conversar con Claire Trichot, delegada de la entidad en Marruecos, sobre la experiencia de trabajar allí con colectivos vulnerables, especialmente con el de la discapacidad.
¿Cómo es vuestra forma de trabajar en Marruecos?
En Marruecos trabajamos con entidades locales para desarrollar proyectos vinculados con la educación y el empleo. Intentamos fomentar el desarrollo comunitario de modo transversal, reforzando las capacidades de la sociedad civil, que en Marruecos presenta muchas necesidades a nivel estructural. Procuramos siempre trabajar con entidades o instituciones locales que den soporte a nuestro trabajo, además de con el sector empresarial. Estamos adheridos al programa “Incorpora” de la Obra Social “la Caixa”. Dentro de esta red trabajamos con doce entidades entre Tánger y Casablanca.
¿Conseguís el apoyo de las Administraciones locales?
El Reino de Marruecos, que lleva 20 años ha desarrollado una política social muy importante pero a pesar de esto sigue existiendo un vacío en el acompañamiento y en el desarrollo social.
¿Cómo es la percepción de la discapacidad? ¿Está normalizada?
Aún hoy muchas personas con discapacidad se quedan en casa, sobre todo aquellas que tienen menos recursos. Es posible que este tabú afecte más a las personas con discapacidad intelectual y no tanto a la física. Aunque tienen otro problema que es la falta de accesibilidad que hay en todo el país. Existen muchísimas barreras arquitectónicas. Queda mucho trabajo que realizar en este sentido. Es muy difícil trabajar con este colectivo por todas estas circunstancias.
¿Consideráis que es difícil la inserción laboral de personas con discapacidad?
Las 12 entidades trabajan juntos donde se comparten modelos, buenas prácticas. Unas de estas 12 entidades trabajan con personas con discapacidad física. El sector asociativo en el mundo de la discapacidad en Marruecos es muy variado pero no es fácil encontrar entidades con los criterios que tenemos. Nosotros tenemos una visión de modelo muy enfocada al desarrollo de derechos, pero sin embargo en Marruecos el perfil predominante de las entidades es de la beneficencia. Intentamos trabajar con algunas entidades que tiene esta visión pero es muy difícil. Actualmente hay más de dos millones de personas con discapacidad en Marruecos (que representa el 7%) pero no existe el empoderamiento en las personas. En ese sentido Integralia es una imagen magnífica y es el modelo que nosotros creemos que es el bueno.
Hay que hacer un gran trabajo en la sensibilización entonces…
Sí. Las empresas no están sensibilizadas. Con el servicio incorpora se atienden a 150 personas con discapacidad para encontrar trabajo y solo conseguimos la inserción de 30. Y para nosotros eso ya es todo un logro. Hay un trabajo muy importante que hacer desensibilización. Depende mucho de la empresa. Pero hay organizaciones como por ejemplo Handicap Internacional que llevan muchos años haciendo un gran trabajo en ese sentido. Poco a poco.
¿En qué sectores es más plausible la contratación?
Tenemos 200 empresas vinculadas al programa que son activas, la mayor parte son marroquís, medianas y empresas del sector industrial… en las grandes ciudades como Tánger o Casablanca hay muchas zonas industriales, construcción, sector textil. También hay mucha actividad en el sector de servicios: seguridad, limpieza, restauración, y luego, por supuesto, el turismo.
En España tenemos la Ley General de la Discapacidad (LGD) que obliga a las empresas de más de 50 empleados reservar una cuota de su plantilla del 2% para personas con discapacidad. ¿Existe algo similar en Marruecos?
Hay una cuota de reserva pero no se cumple. Hay un marco jurídico en Marruecos que defiende una serie de derechos pero que no funciona a nivel de aplicación. Un ejemplo de ello es Marruecos es un país donde hay una grandísima economía sumergida. Es difícil pensar que si no pueden hacer frente a la economía sumergida puedan hacerlo con la cuota de personas con discapacidad. Esta es otra lucha que tenemos. Queremos que el empleo que fomentemos sea un empleo digno y regularizado, lo que también conlleva mucha dificultad.