Clientes, financiadores y donantes, son el motor de inclusión de la Fundación. Gracias a ellos podemos seguir mejorando la calidad de vida de las personas con discapacidad, no solo a través de la inclusión laboral en nuestros centros especiales de empleo, sino también en otros ámbitos de su vida que influyen en su bienestar
La misión fundacional de Integralia continúa siendo la misma desde hace más de 20 años: la inclusión laboral de personas con discapacidad y la mejora de su empleabilidad. Nosotros siempre apostamos porque esta inclusión sea lo más normalizada posible. Es decir, que cualquier persona, independientemente de su discapacidad, pueda encontrar un empleo en empresas y organizaciones como el resto de la ciudadanía. El objetivo de Integralia es que esta normalización permee y sea una realidad, que la propia Fundación pierda su sentido de ser. No solo en el empleo, que mejora todo su ecosistema de vida a través del trabajo en los centros especiales de empleo, sino en todas las facetas de la vida, en una visión integral de la persona, poniendo el foco en todos los demás ámbitos que mejoran su bienestar.
El final del camino de todo activista es dejar de serlo algún día, que la causa y la lucha en la que emplea su vida deje en algún momento de necesitar activistas que la defiendan.
Hasta entonces, el papel de las entidades del tercer sector sigue siendo imprescindible. No solo como facilitadores de acceso a un puesto de trabajo en otras empresas. También como empleadores, como es el caso de Integralia en sus propios centros especiales de empleo. En el informe 6 del Observatorio de la Discapacidad y Mercado de trabajo (ODISMET) publicado hace apenas un mes, apuntaban que la contratación de personas con discapacidad decayó en un 30% respecto al 2020 a raíz de las consecuencias económicas derivadas de la pandemia. Un presagio que muchos sospechábamos hace unos meses y que se ha confirmado con un dato demoledor.
No podemos sortear una realidad: la mayoría de las contrataciones de las personas con discapacidad se producen en centros especiales de empleo. Este dato demuestra la importancia que tiene, para entidades como la nuestra, la generación de una actividad económica que permita financiar su programa social . Pero no hay actividad económica si antes no hay otras personas que confíen en ti: en tu profesionalidad, en tu valor diferencial, en el modo en el que velas por sus necesidades. Estas personas, que dirigen y lideran las empresas y organizaciones que confían en los servicios que presta Integralia, son la combustión que necesitamos continuamente para seguir mejorando la vida y empleabilidad de cientos de personas con discapacidad.
Afortunadamente la Fundación Integralia ha podido seguir contando con ellos -o mejor dicho, ellos han seguido contando con nosotros-, lo que ha permitido que nuestro equipo siga creciendo y cada vez sean más las personas que ven en nuestra entidad una manera de mejorar su vida profesional. Y lo hace por la calidad y el detalle con la que prestamos nuestros servicios, certificados año a año con el Sistema de Calidad ISO 9001. Todo ello en un contexto económico desfavorable para mantener los puestos de trabajo en el colectivo de las personas con discapacidad.
En este sentido, las medidas alternativas suponen un empujón para que los clientes decidan externalizar parte de sus servicios en centros especiales de empleo. Con el tiempo hemos demostrado que no solo confían en nosotros por el cumplimiento de la Ley General de la Discapacidad, sino que resuelven sus necesidades satisfactoriamente mientras lo hacen. Creemos que lo ideal es que no exista el empleo protegido (los centros especiales de empleo) y las empresas cuenten con personas con discapacidad directamente en su equipo. Pero lo cierto es que, aunque sea indirectamente, son los principales artífices de que hoy Integralia tenga más de 500 personas con discapacidad trabajando en sus centros para los más de 60 clientes que tiene. Y me gustaría replicar un testimonio de Manuel del Castillo, director gerente del Hospital Sant Joan de Déu, valorando nuestro trabajo:
"La Fundación Integralia tiene algunos aspectos singulares que la diferencian de otras entidades del tercer sector de la discapacidad. La calidad en la prestación de sus servicios, el elevado porcentaje de personas con gran discapacidad (y por lo tanto con más dificultades en su acceso al mercado laboral) en sus equipos, sus proyectos en países en vías de desarrollo, su acompañamiento dentro del proceso de formación e inclusión en el ámbito laboral, el crecimiento personal a través de un proceso continuo de formación…."
Para nosotros es un orgullo escuchar estas palabras. Demuestra que las personas con discapacidad pueden realizar un servicio con la misma excelencia que cualquier otra persona. DKV Seguros, Metrovacesa, Hospital Sant Joan de Déu, Hospital Vall D’Hebrón, Mercer… más de 60 empresas e instituciones confían en el trabajo de Integralia. Todos ellos, a través de la prestación de servicios y el cumplimiento de las medidas alternativas de la LGD, contribuyen a que el equipo de Integralia tengan un lugar donde formarse y adquirir experiencia profesional, dando lo mejor de sí mismos como moneda de cambio. Que siga siendo así durante mucho tiempo, hasta que la inclusión laboral de las personas con la discapacidad en las empresas esté tan normalizada que hayamos perdido la razón de existir.
Cristina González, Directora de la Fundación Integralia