La plena inclusión un reto compartido
El día 3 de diciembre, Día de la Discapacidad no tenemos nada que celebrar hasta que no haya una plena inclusión. La efeméride nos permite hacer balance de nuestro esfuerzo en la lucha por los derechos de las personas con discapacidad hasta el momento y proyectar hacia futuro todo el camino que nos queda por recorrer. Los 17 años de trayectoria en la Fundación DKV Integralia, con 430 empleados en 8 centros especiales de empleo en toda España y 3 programas de cooperación al desarrollo en Perú, Colombia e India me permiten lanzar unas reflexiones aprovechando esta tribuna que nos brinda Corresponsables.
El observatorio de Odismet sobre empleo de las personas con diversidad funcional sigue dando unos indicadores negativos en nuestro país. La tasa de paro del colectivo de la discapacidad es del 31% versus 18% sin discapacidad. 83.000 personas con discapacidad engrosan la lista de desempleo de larga duración (representando el 60% del total de desempleados del colectivo). Los centros especiales de trabajo registran el mayor número de contratación (98.000 contratos el 2016).
El gran reto colectivo sigue siendo la integración de personas con discapacidad en las empresas. 81% de las empresas incumplen la LGD – Ley General de Discapacidad – que exige a aquellas con plantillas superiores a 50 empleados a tener 2% de personas con discapacidad . Entre las razones de esta realidad: la percepción negativa y estereotipos sobre productividad, absentismo, falta de formación y de competencias. La integración laboral de personas con discapacidad en las empresas necesita de acompañamiento, de preparación y planificación: la experiencia de nuestra Fundación habiendo insertado casi 400 personas con discapacidad en empresas nos muestra que hay factores clave de éxito: implicación de la Dirección General, formación, adaptación de los puestos de trabajo, seguimiento para
Difícilmente se cubren determinadas ofertas de empleo con éxito entre el colectivo de la discapacidad cuando el requerimiento principal de la empresa es la inmediatez. Los beneficios de la integración de personas con discapacidad en las empresas son de sobras conocidos: mejora del clima laboral, mayor nivel de identificación con los valores corporativos, mejora en la reputación, gestión de la diversidad. Hay estudios que muestran que, además el absentismo es menor porcentualmente porque cuando damos oportunidad a personas con discapacidad a un empleo estable, la fidelidad es muy alta especialmente en entornos laborales y sectores dónde hay mucha rotación. Su voluntad de superación y de sacrificio es muy a menudo superior.
La administración pública tiene el reto de exigir el cumplimiento de la LGD, reservando plazas de oferta de empleo en las administraciones para personas con discapacidad y trabajando junto con el tercer sector de la discapacidad en la concienciación y la sensibilización entre el sector empresarial para romper barreras que impiden el cumplimiento de la Ley.
Desde la Fundación DKV Integralia seguiremos trabajando más allá de la integración con los agentes públicos, privados y las entidades sociales en esta misión colectiva que es la plena inclusión y la igualdad de derechos para las personas con diversidad funcional.