La mayoría de las personas con epilepsia pueden y desean trabajar y el 80% de ellas tienen las crisis controladas. No obstante, la inclusión laboral es una de sus mayores preocupaciones, ya que la tasa de desempleo de este colectivo de personas es desproporcionadamente alta. La tasa de paro de las personas con discapacidad es de un 21,4%, 8,6 puntos superior a la de la población sin discapacidad. Estar ocupado contribuye a alcanzar una mayor calidad de vida, ya que sentirse activo y productivo favorece el desarrollo personal y proporciona beneficios sobre la salud física y mental.
Los responsables de las organizaciones deben ofrecer soluciones para que la persona con epilepsia pueda desarrollar su talento. Sin embargo, algunas empresas, por desinformación creen sin fundamentos que los trabajadores con epilepsia tienen crisis frecuentes, accidentes laborales y bajas periódicas por enfermedad. Esto hace que este colectivo tenga grandes dificultades para encontrar un empleo estable si su condición es conocida, por lo que muchos optan por ocultar su enfermedad. Este desafío hace que las personas con epilepsia tengan un desempleo “desproporcionadamente alto”, siendo entre dos y tres veces mayor que en la población en general.
La Fundación Integralia DKV dentro del programa MJN Seras ha desarrollado una Guía para la Inclusión de las Personas con Epilepsia con la colaboración con MJN Neuro y Asociación Nacional de Personas con Epilepsia – ANPE.
Esta Guía aborda la problemática laboral de las personas con epilepsia y ofrece herramientas para favorecer su inclusión laboral. De la misma manera es un documento de referencia para aquellas empresas e instituciones que deseen contratar a personas con epilepsia, desde el análisis del puesto, la publicación de la oferta de trabajo, la aplicación de los ajustes necesarios, acogida, sensibilización de plantillas y seguimiento de profesionales, entre otros.